Josep Borrell, sí, el alto asalariado de la Unión Europa (UE), el flácido miembro del PSOE que fracasó de manera estrepitosa en el Reino neofranquista de España y fue recogido en la mencionada institución fascista europea, nos tiene acostumbrados a declaraciones absolutamente delirantes. Pero en esta ocasión, el del jardín europeo se ha superado a sí mismo. Pasen y lean su última perla (aunque las vomita tan a menudo que es muy probable que está ya no sea la última):
«Rusia ofrece grano barato a los países en desarrollo para hacerlos dependientes (…) Esta es una peligrosa política cínica de utilizar deliberante la comida como arma para crear nuevas adicciones».
Para Borrell, la comida no es una necesidad sino una peligrosa droga que crea gran adicción. Seguramente, tan listo como es, él se alimenta del aire.
Este es el nivel ético y humano de la dirigencia de la UE.
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