La CUP culmina este sábado su proceso de refundación en la Feria de Sabadell, un lugar simbólico para los anticapitalistas, ya que es donde hicieron caer Artur Mas como president de la Generalitat después de un empate entre su militancia el 28 de diciembre del 2015. Entonces, los anticapitalistas eran la llave en el Parlament con 10 diputados y condicionaban la política catalana y a la coalición de Junts pel Sí hasta el punto de provocar que el president Puigdemont llegara al Palau de la Generalitat. Lejos de aquellos resultados, la CUP pasa en estos momentos por una crisis. Solo tiene 4 diputados en la cámara catalana, dónde no tienen capacidad para incidir en políticas a raíz de la pérdida de la mayoría independentista. Tampoco tienen representación en el Congreso de los Diputados ni tampoco en los ayuntamientos de Barcelona, Lleida y Tarragona y perdieron el número de concejales por todo el país en las anteriores elecciones municipales del 2023, pasando de los 335 a los 315.
Ante este panorama, la CUP inició un proceso de refundación denominado ‘Procés de Garbí’ el pasado octubre del 2023. La refundación ha pasado por un Congreso Nacional abierto el pasado 16 de diciembre, con encuentros territoriales y temáticos durante en enero, febrero y marzo de este año y este pasado mes de junio el Grupo Motor del Procés presentó su ponencia estratégica y organizativa como resultado de un proceso en el cual han participado más de 1.500 militantes anticapitalistas y que ha sido presentado a la militancia durante estos meses de verano. Los anticapitalistas quieren aprovechar la gran noticia positiva del último ciclo electoral que fue la alcaldía de Girona y tienen la intención de reordenarse internamiento con el fin de evitar los conflictos internos entre familias, ya que siempre ha habido una pulsión entre los militantes que priorizan el eje nacional con los que priorizan el eje de izquierdas. O los que apuestan por una CUP institucional y pactista o por una CUP más radical y antisistema.
Por eso, la ponencia ha sido elaborada por 17 militantes que representan las diferentes sensibilidades políticas y territoriales de la organización. Una de las propuestas que tienen que avalar a los militantes es que tienen que crecer y agilizar la toma de decisiones con mecanismos más «verticales» o generar liderazgos más duraderos en el tiempo. El documento, que plantea que la CUP se convierta «en una herramienta organizativa grande, fuerte, en lucha y referencial«, llega con más de 150 enmiendas vivas, que a la hora de votar se organizarán en 15 bloques temáticos para agilizarlo.
Consolidar liderazgos
La Assemblea está convocada este sábado en las 9:30h y podría acabar más allá de las 21h. Una de las prioridades de la CUP como organización, como refleja la ponencia, tiene que ver con los liderazgos. Concretamente, plantean que hace falta «construir y consolidar liderazgos a medio y largo plazo», tanto por parte de representantes institucionales como desde fuera. «Tener referentes propios como CUP que no tengan que estar sometidos a las contradicciones que la lucha institucional o la lucha con otros espacios supone, para poder ser un altavoz claro de nuestro propio espacio,» sostienen.
De la misma manera, los anticapitalistas ponen el foco en la necesidad de agilizar la toma de decisiones. Si bien subrayan que son una «organización política horizontal y de matriz asamblearia», también constatan que «la CUP tiene que dotarse de mecanismos verticales de dirección y toma de decisiones que garanticen una organización con capacidad de incidencia en la realidad».
De hecho, por este motivo la ponencia propone alargar el mandato del actual Secretariado Nacional de dos a cuatro años y sustituir el actual Consejo Político por una Mesa Nacional, que tendría la tarea de generar debates, fijar posicionamientos, hacer propuestas políticas y fiscalizar el Secretariado Nacional cupaire, y que se tendría que reunir mensualmente. Estaría formado por el mismo Secretariado Nacional, los diputados en el Parlament, los dirigentes de las sectoriales y con representación de cada división territorial.
La creación del secretario general y del coordinador
Por su parte, el Secretariado Nacional estará formado entre 9 y 15 personas, como en mucho un 60% de hombres, que se reunirá semanalmente y que contará con una permanente, si puede ser liberada. De hecho, una de las principales novedades es que se apuesta por la creación de dos figuras: la de coordinación y una de secretaría general. De esta forma, se equipararía en el organigrama de los partidos grandes, que acostumbran a tener una bicefalia al frente del partido. En el caso de Junts, con Laura Borràs y Jordi Turull, y en el caso de ERC, hasta hace unos meses, con Marta Rovira y Oriol Junqueras. El secretariado nacional, si lo acaba aprobando la Assemblea este sábado, contará con dos portavoces, así como responsabilidades: Militancia y Organización; Formación; Acción Política; Relaciones Políticas; Municipalismo; Comunicación y Prensa; Economía y Jurídica; y Acción Parlamentaria.
Por otra parte, la CUP también plantea la creación de una «escuela a cuadros», para formar a los militantes que asuman responsabilidades y que en un momento determinado se puedan convertir en caras visibles de la organización con cierta proyección pública y mediática». En este sentido, avisan de que «la búsqueda de las representantes institucionales no nos tienen que hacer olvidar la necesidad de generar cuadros y liderazgos internos«. Todavía en el terreno organizativo, los anticapitalistas se fijan como objetivo expandirse al conjunto de los Països Catalans y crecer en militancia para convertirse en una «organización de masas». En esta línea, plantean tres tipologías de «vinculación» con la CUP: el militante territorial y sectorial, el colaborador y el colaborador económico.
Precisamente, también se pone sobre la mesa la creación de hasta 8 trabajos sectoriales: El de la liberación nacional; ecologismo, vivienda, lucha feminista y LGTBI; Economía y Trabajo; Lengua, cultura y construcción nacional, servicios públicos; y antirracismo.
Alianzas «puntuales» con ERC, Comuns y Junts
En el ámbito estratégico, el documento a debate señala que la composición del nuevo Parlament «sitúa a la CUP en una posición de difícil incidencia y de clara oposición como única perspectiva». Los anticapitalistas que «nos encontramos ante una mayoría absoluta de las fuerzas españolistas y con un claro retroceso del peso de las izquierdas». En este contexto, la ponencia indica que «se tendrá que valorar el trabajo puntual conjunto con otras fuerzas» en el Parlament. «Es esperable que coincidamos en varios posicionamientos con ERC y Comuns-Sumar y, en términos de oposición independentista, también con Junts«, precisa el texto, que apuesta por «explorar el apoyo» de estos partidos en iniciativas concretas.
«Tenemos que valorar en cada caso la oportunidad de este trabajo conjunto (así como los costes de no llevarlo a cabo) pero teniendo siempre presente que el básico y primordial que tendrá que guiar la acción parlamentaria será la propia visibilización y fortalecimiento como alternativa, necesaria e independiente otros espacios», concluyen al respecto. El documento también plantea la posibilidad de volver a presentar candidatura al Congreso de los Diputados o participar por primera vez en unas elecciones en el Parlamento Europeo, pero subraya que «hay que generar las condiciones políticas y organizativas» para que sea posible.
Las 153 enmiendas vivas
Después de un verano de transacciones, el documento llega a la asamblea nacional de Sabadell con 153 enmiendas a debate. Entre las más destacadas, hay una enmienda a la totalidad a la ponencia estratégica, presentada por la asamblea de Nou Barris (Barcelona), que será la primera que se votará. Otras agrupaciones locales, como la de Reus, reclaman explicitar que la CUP «descarta una candidatura unitaria con otros partidos independentistas, porque ni compartimos objetivos ni se dan las condiciones sociales».
También destacan enmiendas como la de la asamblea local de Girona, ciudad gobernada por la confluencia Guanyem, integrada por la CUP y otras formaciones. Reclaman «no excluir la posibilidad de superar a la CUP como herramienta a la hora de construir la Unitat Popular«. En una línea parecida, la agrupación del Poblenou de Barcelona pide «abrir el debate» sobre un eventual cambio de nombre del espacio político.
Otra de las enmiendas está defendida por la CUP del Penedès, en la cual disuade la poca eficacia de los órganos de dirección internos de los anticapitalistas y de la creación de propuestas políticas de futuro. Así propone a debate que «en muchos momentos del último ciclo político y del actual, la CUP se ha encontrado paralizada por la incapacidad de hacer propuesta política propia dejándose arrastrar por una dinámica de confrontación interna en rueda de las propuestas políticas que otras organizaciones han puesto sobre la taula».»En demasiadas ocasiones», continúa, «los órganos internos de la CUP se han convertido en un campo de disputa entre propuestas estratégicas antagónicas en que la CUP se adhería a una o a la otra o, en el mejor de los casos actuaba como facilitadora de consensos precarios».
De esta manera, insiste en la necesidad de que la CUP se dote de las «herramientas para generar pensamiento político propio y de los espacios para formular propuestas estratégicas expresadas de manera genuina en el seno de la organización y al margen de las disputas tácticas». Por eso, la enmienda penedesenca defiende «espacios capaces también de formular estrategia política a largo plazo, poniendo la mirada más allá de una sola asamblea nacional o de la próxima cita electoral». Así defiende potenciar el Centro de Estudios de Unidad Popular (CEUP) para que tengan «la legitimidad, la capacidad y la autonomía para llevar a cabo esta tarea».
Ponen en duda la creación del secretario general
Otras asambleas locales, como la de Vic, ponen en duda las nuevas figuras de coordinador y secretario general, al considerar que la CUP dará «una peligrosa imagen de asimilación» con el resto de formaciones políticas.
También destaca la enmienda propuesta por la CUP del Eixample derecha de Barcelona, en la cual se propone descartar cualquier posibilidad de alianza política y programática estable, o de gobernabilidad con «las fuerzas del independentismo conservador y reaccionario que representan Junts y Aliança Catalana«.
En cambio, la CUP de Celrà y Castelló d’Empúries, Norte Oriental, apuesta para que los anticapitalistas salgan de la Mesa de la Izquierda Independentista, una votación que visualizaría el choque de prioridades entre la CUP que prioriza el eje nacional a la CUP que prioriza el eje ideológico. «Para centrarse tanto en la misma reorganización como para mostrar la voluntad de unir, fortalecer y ampliar el movimiento, se deja de participar en la actual Mesa de la Izquierda Independentista (TEI), a la espera de construir entre todas y todos nuevas estructuras que nos encaminen a estos objetivos». De hecho, pone de relieve las reticiències que han generado «algunos posicionamientos» de la TEI.
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