Veo mucha gente desorientada con el tema de la prostitución.
Mucha gente que instala su visión en la tendencia actual del capitalismo a expandir la objetivación y mercantilización sexual del cuerpo de la mujer, y desde ahí acusa de ‘moralina burguesa’ incluso ‘cristiana’ a toda crítica dirigida a la expansión y normalización del negocio. El ‘mi cuerpo, mi decisión’ del derecho colectivo al aborto lo quieren convertir en ‘mi cuerpo, mi decisión’ liberal de dedicarse a la actividad que quieran sin responsabilizarse de las consecuencias sociales.
Con ese mismo argumento puedo decir yo, mi cuerpo, mi decisión, y meterme en el batallón azov o en la guardia civil.
Cuando te dedicas a una actividad social, tu actividad puede ser puesta en tela de juicio. No todas las formas de trabajo concreto son aceptables.
Y con esto no es la prostituta la que es cuestionada, sino el sistema que genera la prostitución y todo el conjunto de puteros y negociantes del sector, junto con el capitalismo que obliga a millones de mujeres en el mundo a ponerse en esta situación.
Los tipos de trabajo que tienen su raíz actual en la violencia patriarcal fusionada con el capitalismo, sea sexual o reproductiva, como la prostitución en todas sus formas, o la compraventa de la capacidad reproductiva de las mujeres, deben ser socialmente abolidos.
Es decir, que no sólo en su forma; trabajo asalariado, deben ser abolidas, sino que en su contenido deben ser combatidas en una estrategia en la que se busque que las mujeres proletarias estén sexual y reproductivamente emancipadas.
Hacer frente a la salarización/blanqueamiento de las opresiones estructurales contra el proletariado es irrenunciable en el programa comunista. Pues esto, base de cualquier posicionamiento comunista en la materia, sería, según la ideología hegemónica ‘radical’, nada menos que moralina ‘burguesa’ sobre la sexualidad etc.
La oposición a la mercantilización y objetivación sexual del cuerpo de la mujer, a la regularización asalariada de la violencia contra las mujeres, resulta que es burguesa.
Hoy en día hay que estar preparado para oír cualquier tontería.
La emancipación sexual de las mujeres es lo opuesto a la prostitución generalizada de toda la nueva generación de mujeres proletarias pauperizadas, y aquí much@s se desentienden de las consecuencias de sus discursos, de la barbarie normalizada por sus aplausos ‘radicales’.
Luego están los iluminados que dicen que a la vez que a la prostitución hay que hacer frente al modelo de matrimonio burgués y al trabajo asalariado etc. como si con eso estuviesen oponiendo un argumento real a quienes militamos activamente en organizaciones comunistas.
Ese es justamente nuestro punto de vista, campeon@s, pero el problema es que lo decís, vosotros y vosotras, para justificar vuestra postura de regularizar, generalizar y normalizar socialmente la violencia sexual asalariada contra las mujeres, de raíz patriarcal y capitalista.
También he leído a quien incluso se ha permitido la desfachatez de decir que no podemos oponernos a la normalización de la prostitución cuando no nos oponemos a la ley de extranjería… ¡Que no nos oponemos a la ley de extranjería! Hace falta mucha paciencia para discutir aquí.
Otra falacia es tergiversar diciendo que cuando decimos ‘abolición’ estamos diciendo ‘prohibición legal’ y persecución por parte del estado de los explotadores a las mujeres proletarias que se ven obligadas a ejercer. Hace falta ser ruines para tergiversar de esa manera.
La abolición es un concepto social y político, no un concepto jurídico, y no hace referencia a la prohibición, sino a la estructuración de un poder proletario organizado capaz de erradicar todas las formas de objetivación y violencia estructural contra las mujeres trabajadoras.
El resultado de las nuevas tendencias ‘rupturistas’ y ‘radicales’ de esta gente, muy ligada a los partidos de izquierda institucional modernizadora del capital, está a la vista de todos: cada vez está más normalizado que una joven generación de proletarias vea con buenos ojos ponerse a disposición de distintas empresas del sector, hipotecando su cuerpo ante la falta de alternativas de empleo y de vida, mientras se diversifica el negocio y todo tipo de escoria se llena los bolsillos de pasta.
Una sociedad de puteros y mujeres convertidas en objetos, obligadas a ponerse a disposición de los hombres si quieren sacar cuatro perras, de mujeres adolescentes puestas en escaparates para que cualquiera las compre, de mujeres a las que les arrancan sus críos de los brazos según nacen, esas son las implicaciones de vuestro discurso.
Y esto no tiene nada de moralina es la realidad política y social. Los escaparates de mujeres jóvenes convertidas en maniquíes en Holanda y las granjas humanas de Ucrania, el escaparate virtual de only fans, son las tendencias objetivas del capitalismo actual.
Pero nada eso debe ser la emancipación de las mujeres, regularizar con el concepto de salario la violencia sexual y reproductiva y el machismo estructural.
Desde un punto de vista comunista y abolicionista por supuesto que hay que defender a las mujeres trabajadoras que ejercen la prostitución pero con la lucha general por conseguir alternativas reales y completas a la situación personal de las mujeres trabajadoras. Y por supuesto que deben ser combatidos y señalados todos los negocios que se dedican a lucrarse normalizando la conversión de las mujeres en objeto de consumo y su negación como sujeto sexo-afectivo, como personas. Pero combatidos no por el estado burgués que se edifica sobre los mismos cimientos culturales y económicos que ese tipo de negocios, sino por las organizaciones revolucionarias de clase.
Y la escoria burguesa que vende su propio cuerpo por millones bien a resguardo de su situación privilegiada y normalizando la idea de que las mujeres están ahí para ser consumidas violentamente, repercutiendo en violencia estructural contra las mujeres trabajadoras, por supuesto que deben ser señaladas y combatidas por las organizaciones revolucionarias de clase. Todo este negocio es una lacra y debe ser combatido por las organizaciones proletarias si se toman en serio la emancipación real de las mujeres trabajadoras.
Y menos reproches a los comunistas de que lo que hay que abolir es el trabajo asalariado por parte de todas esas que militan en partidos institucionales de la izquierda del capital apuntalando la acumulación y la explotación. No tenéis credibilidad.
Pelear por las necesidades inmediatas de millones de mujeres trabajadoras que por coacción personal o económica se ven obligadas a ejercer no está reñido con combatir el blanqueamiento y la normalización de la prostitución en todas sus formas; todo lo contrario.
Lo que no tiene sentido es pelear por arrancarle cuatro paliativos al estado para las mujeres que actualmente ejercen, mediante un discurso que normaliza cultural e ideológicamente la violencia sexual y el esquema de la prostitución poniendo las bases para que la industria se nutra de millones de nuevas proletarias, y los puteros, los proxenetas y los negociantes tengan sanción de legitimidad social. Combatir de forma organizada la trata, y pelear por las necesidades colectivas de sanidad, de vivienda, consumo, de derechos políticos de todas las mujeres trabajadoras y en especial de los colectivos más vulnerables, son las tareas de lucha en un marco de estrategia socialista, las que pueden hacer que todas las mujeres su sexualidad la puedan vivir como sujetos libres y con quien quieran.
Y por supuesto que tenemos mucho que demostrar en esta materia y hay mucho que hacer, pero no vamos a dar un paso atrás en el planteamiento político de erradicar todas las formas de opresión contra el proletariado.
Dar sanción ideológica radical a lo dado no tiene nada de radical, la violencia cotidiana del capitalismo contras las mujeres y sus cuerpos es lo contrario de la emancipación colectiva de las mujeres trabajadoras.
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