- “El Partido Comunista crea en los años 20 del siglo pasado Acción Antifascista“
- “Langer analiza con mucho sentido el tema porque el fascismo italiano es anterior al alemán, y ahí surge la palabra fascista”
- “Los resultados recientes de las elecciones europeas son preocupantes”
- “El racismo y la xenofobia no son ‘privilegio’ de los fascistas y están en boca de muchos mal llamados demócratas”
- “El fascismo es una forma del capitalismo. No de forma continúa, pero sí”
- “La socialdemocracia, que hace 80 ó 100 años era la alternativa, ya no existe, porque ahora es el neoliberalismo con retoques progresistas”
- “En Alemania, por ejemplo, ahora no puedes diferenciar entre el democristianismo y la socialdemocracia”
Cuatro años de trabajo de traducción del primer volumen, porque su autor escribió nuevos capítulos y ha ido ampliando su edición. El libro parte de la toma del poder por los bolcheviques en Rusia en 1917 y el ascenso del fascismo italiano, y aborda el surgimiento del fascismo y el antifascismo hasta llegar a los movimientos antifascistas actuales.
La idea de ponerlo en circulación fue después de “una pequeña gira” por Euskal Herria, justo antes del inicio de la pandemia. Tras un arduo trabajo y diversas vicisitudes, Klaus Armbruster, con el apoyo de Andrea Heuschmid, ambos de la Asociación Baskale (asociación socio-cultural vasco alemana) terminaron la traducción de ese trabajo, que ocupa más de 500 páginas.
Hablamos con Klaus Armbruster, que ha coordinado la edición en castellano, para entender la lucha antifascista que relata Bernd Langer. Recuerda que el concepto de antifascismo surgió en Alemania en los años treinta del siglo pasado y admite que hay “mucha literatura del fascismo y del nazismo, pero poco del antifascismo”.
¿Cómo nace la idea de traducir este libro tras la visita a Euskal Herria de su autor Bernd Langer?
La visita suscitó interés. El concepto de antifascismo surgió en Alemania en los años 30 del siglo pasado. Y la idea de Sare Antifaxista y Baskale, Asociación sociocultural vasco-alemana, fue dar a conocer esta historia. Hay mucha literatura sobre fascismo y nazismo, pero poca sobre antifascismo. La realidad es que encontramos el libro de Bernd Langer sobre “Acción antifascista. Historia de un movimiento de izquierda radical” y en 2020, justo antes de la pandemia, le invitamos a una pequeña gira por Euskal Herria. Después decidimos traducirlo. Langer no es ni un sociólogo ni un historiador, es un activista antifa. Ha empezado a militar en los años 80 del siglo pasado. En consecuencia, su libro es una mezcla de la descripción concreta de los años de lucha antifa desde los 80 y un análisis de las diferentes facetas del fascismo, ocurrido desde entonces. Hemos tardado cuatro años, superando diferentes obstáculos, hasta poder tener el libro a punto.
Con la visita, ¿os cautivó sobre la historia del antifascismo?
Sí, evidentemente.
¿El lector qué va a encontrarse en ese libro?
En resumen, se va a encontrar con dos partes: una parte histórica y otra más actual. La primera va desde 1915 y todo lo que ha pasado hasta 2000 desde Italia, Alemania, etc, más o menos. Y después, la segunda, aborda la actualidad: los nuevos movimientos fascistas, los diferentes partidos que surgen y la reacción del movimiento antifascista. Y luego lo que ha pasado con la pandemia y el resurgimiento de la AfD, (Alternativa para Alemania).
Conociéndole a él en esa gira que me cuentas, ¿visteis que el antifascismo en Alemania fue un fenómeno social de masas?
Entramos ya en la historia. La historia era la Primera Guerra Mundial en la que la Alemania Imperial perdió, luego se firmó el Tratado de Paz de Versalles, que para Alemania estuvo muy mal visto y creó un mal ambiente en la llamada República de Weimar. Surgió un ambiente de resistencia en la derecha, desde el principio muy militante. Era gente armada, viejos soldados y todo.
Antes hubo una revolución para terminar la guerra, la revolución de 1910-18 y ahí surge el Partido Comunista. Sí, el Partido Comunista es un movimiento de masas, pero siempre dirigido por Moscú. No era un partido autónomo, sino algo teledirigido. Es como una línea roja en el relato de Bernd Langer de cómo influye Moscú en todo lo que había pasado o pasó en Alemania en los años 20. También surge el fascismo alemán. Con el intento de golpe de Hitler en 1923, es detenido y pasa dos años en la cárcel, y luego a su salida el NSDAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán) queda prohibido durante varios años. Hubo muchas matanzas y asesinatos por parte de la derecha y, en esos momentos, es cuando resurge el hitlerianismo, coincidiendo con su salida de la cárcel. Entonces, el Partido Comunista crea una Acción Antifascista. Es cuando aparece por primera vez la palabra fascismo. Es una iniciativa antifascista, de masas, pero no masas en la calle, sino de un partido. Todo lo positivo y negativo.
¿En el libro se relata eso?
Sí, Bernd Langer ha hecho una cosa con mucho sentido en el libro que hemos traducido. El libro empieza con la Primera Guerra Mundial y la Revolución soviética y la República de Weimar y luego con el fascismo alemán. Pero también ha hecho una cosa importante, porque ha insertado unos capítulos sobre el fascismo italiano, y es algo que merece mucho la pena. Porque el fascismo italiano es anterior al alemán, y ahí surge la palabra fascista.
El fascismo alemán no se puede entender sin conocer la historia del fascismo italiano. Mussolini, el gran socialista hasta 1910, es un egómano de primera, y maniobra en una posición radical dentro de su partido, que le echa y crea su propio mundo ideológico. Ahí es cuando empieza el fascismo. Los italianos cambian de bando durante la guerra, de forma muy oportunista. Primero va en contra de Alemania y luego con Hitler se alían. Van juntos a la guerra.
¿Hitler había acogido al fascismo italiano en su ideología?
Sí. Pero el antisemitismo de Hitler, en Italia no existió hasta más tarde. Creo que hasta los años 30 y luego se adaptaron. No era suyo. Sólo como ejemplo, la amante de Mussolini, hasta que la echó, era judía. Por eso.
¿Quieres decir que el fascismo italiano ‘envenenó’ Europa?
Sí, ha creado algo que es muy importante saber. Creo que sobre el fascismo alemán se sabe mucho, porque era muy influyente y dominante en el siglo XX y se sabe más bien poco sobre el fascismo italiano. Viendo lo que pasó en Italia ayuda a entender en qué ha derivado.
Giorgia Meloni, máxima responsable del Gobierno italiano, pertenece a un partido neofascista fundado por seguidores de Mussolini y sigue sus principios.
Sí, hoy en día.
Entonces, ¿qué habéis pretendido con el libro?
Contar la historia. Si cuentas la historia, das una oportunidad de entender lo que hay. Poco más.
Viendo en este momento las cosas como están, y después de las recientes elecciones europeas, hay tres o cuatro partidos pujantes de fascistas como Le Pen, Vox, la italiana Meloni, entre otros, la vía de Hungría, y en Estado español sale también Alvise Pérez. Surgen más ramificaciones. ¿Cómo ves el auge?
Mi opinión personal es que creo que miramos demasiado a Europa. Los resultados recientes de las elecciones europeas son preocupantes, pero mirando este movimiento nos olvidamos analizar el fondo de esta tendencia. Creo que lo hacemos muy fácil y decimos ‘Trump es fascista’, ‘el Urban, fascista’ y así los demás, pero obviamos que hay diferencias. Y, por otro lado, si leemos el periódico vemos expresiones muy diferentes. No nos hablan de fascismo, sino de populistas, ultraderecha, extrema derecha… La palabra fascista no aparece, pero los populistas o los extremismos aparecen siempre. Entonces, ¿qué es? Es fascismo, o es lo que dicen.
¿Fascismo y ultraderecha son sinónimos para ti?
Hay una diferencia. En el libro se habla de neonazismo, de derecha radical, de terrorismo de derecha y populismo de derecha.
El fascismo actual se está adaptando, no estamos a inicios del siglo pasado, por ejemplo, pero ¿en qué momento estamos?
Sí, pero lo de adaptado también es un fenómeno. No hay una respuesta fácil. Puede parecer muy subjetivo. No todo el mundo ve el auge del fascismo. Es importante reconocer que hoy el fascismo tiene otras formas y apariencias, no sólo de uniforme azul o marrón -como los españoles o nazis-, no al paso y con el saludo del führer, porque el nuevo fascismo viene con traje y corbata. Y es más peligroso, porque no se deja detectar tan fácilmente.
Por otro lado, hay una confusión de expresiones, como hemos comentado, porque nos hablan de populismo, de extrema derecha, derecha radical como si todo fuera lo mismo, pero pocas veces se utiliza la palabra fascismo. Debemos aprender a reconocer el discurso fascista, aunque provenga de democristianos o socialdemócratas.
El racismo y la xenofobia no son ‘privilegio’ de los fascistas y están en boca de muchos mal llamados demócratas. Estos discursos de “demócratas” allanan el camino al fascismo abierto y directo. A veces de los defensores de la “democracia” europea ya no se distinguen de los discursos de los fascistas, entre el PP y Vox o entre Macron y Le Pen. Tenemos que adaptar nuestro propio discurso a esta realidad que se está produciendo ya en estos momentos. Ser exactos y no exagerar. Porque no todo los políticos, en general, son fascistas, pero fascistas en el Estado español tampoco son sólo los de Vox.
¿Cómo definiríamos el fascismo para detectar precisamente a los fascistas?
No me atrevo a dar una respuesta. Creo que todavía tenemos una percepción del fascismo viejo. El que marcha por las calles, armado, que mata a comunistas, a judíos… Pasó en Alemania y en Italia, donde ocurrió exactamente lo mismo, que mataron a todo el mundo que no estaba de acuerdo con ellos. Esto, con uniforme y muy marcial, pero el nuevo fascismo tiene otra pinta.
¿El nuevo fascismo es el capitalismo?
Tiene que ver. El fascismo es una forma del capitalismo. No de forma continúa, pero sí. La Acción Antifascista en su origen se definió como anticapitalista. Pero creo que tenemos que adaptarnos y por eso se puede decir que es fácil decir que Vox es un partido fascista o neofranquista. Hay evidencias muy claras. Pero con el PP es mucho más difícil. Vienen del fascismo, lo tenemos claro, pero su forma de actuar no es puramente fascista. Sus discursos, en algunas partes, como la economía, no es fascista. Es como el PNV, que no es fascista, pero en cuanto a migración es casi el mismo discurso que Vox. Es un discurso fascista de un partido ¿cómo lo llamamos?
Una de las causas que mucha gente ve en el crecimiento de la ultraderecha, no sé si el fascismo así dicho, es precisamente porque se ha abandonado a la gente: migrantes, gente pobre, problema con vivienda, LGTBI… Todo eso beneficia a quien tiene dinero, ¿es lo que ha retraído el voto o el apoyo ante los partidos de izquierdas a favor de Vox o del PP, por ejemplo?
Es verdad. La gente no ve una alternativa porque la socialdemocracia, que hace 80 ó 100 años era la alternativa, ya no existe, porque ahora es el neoliberalismo con retoques progresistas, sí se trata de gay y matrimonio de mujeres y de hombres, pero son retoques pequeños. No es lo importante. En la economía es igual. Nos venden y claro, mucha gente no va a votar. Es un fenómeno, también, no sólo de los que votan a la derecha, sino de los que no votan porque dicen que no merece la pena, porque esto no cambia. Y es verdad. Dar el voto no cambia nada.
Entonces, si no ves que a quienes quieres votar están haciendo lo que en principio te dicen, pues al final no votas, y quien gana es el discurso populista, homófobo y xenófobo…, ¿cómo ha ocurrido en Francia en sus últimas elecciones?
Hay tendencias del fascismo que han aprendido de todo esto. En Europa han copiado cosas de la izquierda. En Italia o en el Estado español con lo que se denomina “hogar social”, qué han hecho un trabajo vecinal de pueblo, con gente pobre, con los que no tenían nada y se han preocupado y les han ganado. No es algo típico fascista, sino que es algo como un aprendizaje. En Italia también aparecieron estos centros para gente pobre. Es un trabajo que llega al corazón del pueblo.
Esto que hablamos de que la socialdemocracia ha fracasado es porque el comunismo ha desaparecido prácticamente de Europa, ¿ya no hay una fuerza de contrapoder y la derecha y la ultraderecha tienen el camino abierto y libre?
Sí. Todo el mundo va hacia la derecha. El PSOE está estancado con sus felipes, pero no hay una tendencia clara hacia la izquierda. En Alemania, por ejemplo, ahora no puedes diferenciar entre el democristianismo y la socialdemocracia. Su sermón es ‘guerra, guerra, guerra’. Y los verdes, que hace 40 años eran la izquierda radical, están a su lado. Es un salto enorme, en Alemania casi no queda nada, ni si quiera el Die Linke. Se ha separado, una parte se dice que es una copia de la ultraderecha, no lo sé no tengo muchos datos; pero el espectro político se ha movido a la derecha.
¿Los partidos de izquierdas se han ido para el centro y así tocas con la derecha en algún momento, claro?
Lo vemos en la izquierda abertzale, es clarísimo.
Por último, ¿qué es Baskale? ¿Qué hacéis?
Baskale https://www.baskultur.info/ es la asociación socio-cultural vasco alemana. Somos un grupo de vascos, migrantes de varios países africanos y europeos, y alemanes afincados en Bizkaia. Nuestros temas, en breve, son: la memoria histórica, poniendo el énfasis en el papel de los nazis en la Guerra española, la Legión Cóndor; luego la migración, el euskara, y una crítica del turismo masivo que sufrimos en Bilbao. Tenemos una página web, Baskultur.info, en alemán para informar de un amplio panorama de temas, desde deporte hasta historia, desde literatura hasta gastronomía, siempre con Euskal Herria en el fondo. Un tema es antifascismo. De hecho formamos parte de diferentes movimientos sociales, internacionalistas, antifascistas, y vecinales.
- Acción antifascista. Historia de un movimiento de izquierda radical’ se abre un periodo de presentaciones, charlas, talleres, entrevistas, participación en ferias, mesas redondas, jornadas… Dentro y fuera de Euskal Herria. Contacta via email (consultas): antifaxista.ekintza@gmail.com
(Una entrevista de Juanjo Basterra, JotabePRESS / Sare antifaxista)