No oirás a nadie hablar de esto, pero sin hacer mucho ruido, el Gobierno Vasco acaba de aprobar el nuevo reglamento para la RGI, introduciendo cambios que expulsarán a los sectores más empobrecidos del proletariado.
🟦𝗟𝗔 𝗡𝗨𝗘𝗩𝗔 𝗥𝗚𝗜 𝗗𝗘𝗝𝗔 𝗙𝗨𝗘𝗥𝗔 𝗔 𝗟𝗢𝗦 𝗠Á𝗦 𝗘𝗠𝗣𝗢𝗕𝗥𝗘𝗖𝗜𝗗𝗢𝗦
El 21 de noviembre se aprobó el nuevo reglamento de la RGI y ha pasado desapercibido un cambio sustancial que afectará a miles de personas y les impedirá acceder a esta prestación.
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— Euskal Herriko Etxebizitza Sindikatu Sozialista (@EtxeSindikatua) December 5, 2023
Dejemos a un lado lo que ya sabemos: que esta reforma profundiza en los mecanismos de control, estableciendo una policía burocrática de Lanbide, sumando procedimientos de control y aumentando los castigos por fraude. ¡Un fraude que es de menos del 0,7%!
#EtxebizitzaSindikatua
🔵 LANBIDEK POLIZIA BIDALTZEN DU RGIa JASOTZEN DUTENEN ETXEETARALanbidek azken urteotan polizia bidali du RGIa jasotzen duten familien etxeetara. Abenduaren 22an onartutako RGIaren erreformak ez du hau aldatuko. pic.twitter.com/DDczIufGM6
— Kontseilu Sozialista Deba Bailara (@kontseilua_Deba) February 12, 2023
Además, se introduce una definición de “domicilio” que no existía hasta ahora. A partir de ahora, todo el que no tenga un título (propiedad, contrato de alquiler…) no podrá acceder a la RGI. Aunque antes existían trabas administrativas, ahora se fija la prohibición por decreto.
¿A quién afectará esto? Pues a quién peor está. Aquella parte del proletariado que ni siquiera se dignan a reflejar en sus estadísticas oficiales, pero que, para quienes trabajamos a diario en los Sindicatos de Vivienda, sabemos que se trata de una realidad creciente.
Si Lanbide aplica el reglamento tal y como se ha aprobado, personas que ocupan viviendas por necesidad, personas sin contrato u otras que viven hospedadas en casas de amigos o familiares, quedarán automáticamente expulsadas. Cuando en Cadena Ser entrevistaban a Sara Buesa, directora de Prestaciones e Inclusión de Lanbide, y le preguntaban qué sería de las personas que ahora quedarían expulsadas, ella simplemente respondía que “ya no serían responsabilidad de Lanbide” y que deberían ser atendidas por los Servicios Sociales.
En otras palabras, están utilizando la vivienda como nuevo requisito para impedir el acceso al proletariado más pauperizado, que ya no conviene tener en una renta cuyo objetivo es la incorporación al empleo. Para el GV son desechos…
Se le convierte al proletariado en responsable de su situación, y se le penaliza por ello. El GV explica así por qué toda persona que no presente un título no será aceptada y porqué se requiere que cada habitación alquilada tenga un baño.
Es decir, que para evitar ocupaciones, de forma preventiva, te quito la RGI, y para evitar hacinamientos también. Vives ocupando, sin contrato o alquilando una habitación porque estás en la puta miseria, pero quitándote la única ayuda que tienes seguro que mejorará.
¿Y qué dicen de todo esto los partidos políticos? Pues o bien dicen que la reforma está dabuti, o bien no dicen nada. PNV, PSE y Podemos votaron sí, y EH Bildu se abstuvo. Todos coincidían en que era un avance (disentían en cómo de grande era el avance) porque principalmente, se incluían en la RGI a los jóvenes de entre 18 y 23 años. (Hasta ahora sólo era a partir de 23).
Pero mienten; lo que realmente sucede es que se amplía la RGI a los jóvenes cada vez más empobrecidos, porque ya se prevé que su vida laboral va a ser una mierda. Saldrán del FP y estarán entrando y saliendo de un mercado laboral que los usa y tira como un clínex.
Y ésto, lo hacen a costa de expulsar de la RGI a los sectores proletarios (población extranjera, madres solteras…) que ya ni siquiera prevén vayan a trabajar. En la RGI estorban.
¿Quién, en su sano juicio, puede pensar que esto es una mejora? Es, por un lado, empobrecimiento de todas las capas de la población, y por otro lado, condena perpetua de miseria absoluta para parte del proletariado. Los partidos de la socialdemocracia tildan de avance lo primero
y callan ante lo segundo. ¿Acaso alguien cree que con el ejército de abogados y burócratas que tienen no se han dado cuenta de que el reglamento expulsa a miles de personas? Claro que sí, pero es que esos sectores no son su electorado, a nadie le importan los pobres que no votan.
Así, se venden las mejoras de un sector particular de la sociedad como mejoras generales. Además, los políticos profesionales nos conducen a una falsa disyuntiva: como los recursos son limitados, hay que quitar a unos para dar a otros. ¡Falso! En todo caso, si diéramos por buena esta idea reclamaríamos que habría que empezar por quién pero está. Pero, mientras nos empujan a una guerra fratricida (al “sálvese quien pueda”, al racismo, al clasismo) lo cierto es que el GV garantiza que millones de euros sigan siendo beneficio de capitalistas y rentistas.
Lo que se ahorran en la RGI es presupuesto del Estado que va a los bolsillos de grandes empresarios. Y la propia RGI es dinero para el consumo que va (¡sorpresa!) a los grandes empresarios. No se toca la ganancia en lo más mínimo y aun nos vienen a decir que no hay recursos… Hay recursos suficientes para garantizar, no el acceso al consumo, sino un acceso universal a unas condiciones de vida de calidad, pero para ello, hay que acabar con el beneficio capitalista. ¡No a las rentas de miseria! ¡No a la nueva RGI!