Cuesta creer la banalidad e irresponsabilidad con que nuestros medios y algunas figuras de la escena política en Cuba se expresan en redes sociales. No nos pondremos suspicaces, pero es como si le hubieran preguntado a los de al frente, cómo le hacemos para ayudarlos con su trabajo de borrar la memoria histórica, la conciencia política, la moral y toda idea valiosa del imaginario del pueblo de Cuba, para que queden lo más confundidos y desorientados posible, y en ese terreno fértil pueda crecer cualquier tendencia, por absurda o infame que parezca.
Nuestros líderes siempre salieron airosos de los ataques y las campañas contra ellos que se fabricaban en el norte. Lo peor que hoy pudiera pasar es que los dirigentes cubanos perdieran el respeto de los revolucionarios, no por lo que se cocine a 90 millas, sino por sus proyecciones y porque, sencillamente, ya no tuvieran nada que decirnos, a pesar de contar con todos los medios de comunicación a su disposición.
(Del muro de Facebook de la autora)