El capitalismo caduco de los últimos 100 años -y con él el Imperialismo- ha agitado, promovido y financiado las diferencias y las más bajas pasiones entre los pueblos, etnias y religiones para sacar rédito político y económico inmediato o a medio plazo, basándose en la vieja táctica del ·divide y vencerás”. Sin embargo, todo esto fue superado en la medida en que el capitalismo fue abolido o, al menos, se impuso el ideal por superar ese viejo Sistema Social. Estoy hablando del Socialismo. Pongamos como ejemplo la convivencia pacífica que en la práctica ejercieron los distintos pueblos, naciones, creencias, culturas etc. que tuvo lugar durante la existencia de la URRS o la Yugoslavia dirigida por la Liga de los Comunistas.
A pesar de los problemas y dificultades que tuvieron que enfrentar y de los posibles errores que se cometieron y, además, de lo que podamos opinar respecto de si lo que realmente allí existió fue socialismo u otra cosa, es indudable que bajo el ideal de construir una sociedad mejor las rencillas nacionales, afrentas históricas etc. quedaron aparcadas en su gran mayoría permitiendo una coexistencia pacífica y próspera. Con el regreso del más puro capitalismo todo eso saltó por los aires.
Hoy día, en un mundo donde el capitalismo más que caduco está putrefacto, el Imperialismo quiere imponer un Estado llamado Israel a base de expulsar o incluso exterminar -la Nakba- al otro pueblo ocupante de la zona: el pueblo palestino.
El Sionismo como alumno aventajado del Nazismo practica sobre los palestinos las mismas técnicas que anteriormente los judíos sufrieron en las décadas 20, 30 y 40 del siglo pasado en Europa. Es lógico que a tamaña agresión y afrenta el Estado israelí se granjeé el odio de los palestinos y del resto de los pobladores árabes de las zonas próximas e incluso de las más remotas.
Ante eso los estrategas israelíes, norteamericanos y las distintas burguesías que dirigen los países árabes y/o musulmanes de la zona forman y promueven a Organizaciones que, con su práctica, conducen a falsas soluciones y a callejones sin salida a las víctimas de toda esta tragedia: los palestinos y la clase obrera de todos estos países incluidos, en cierta medida también, a la clase obrera de Israel. Entre estas Organizaciones podemos encontrar a Hamas, la Yihad islámica, Hizbulá, Hermanos musulmanes, ISIS, Estado islámico, Boko Haram etc. Organizaciones que han sabido capitalizar la ira y el sentimiento de frustración de las diferentes poblaciones sobre las que tienen influencia. Todo vale con tal de que a los oprimidos y víctimas de este conflicto no se les ocurra buscar soluciones en donde anteriormente otros pueblos sí que las encontraron: en la lucha por el Socialismo.
En las últimas décadas, sobre todo después de la caída de la URRS, el ideal del socialismo parecía estar aletargado, pero ya es hora de resucitarlo entre otras cosas porque es más necesario que nunca.
De momento, ante el actual conflicto árabe-israelí parece una utopía, algo poco probable y poco viable, pero precisamente la historia nos enseña que bajo las circunstancias más contradictorias y complejas han aparecido las soluciones más audaces y revolucionarias. Cierto es que sin Organizaciones con cierta influencia sobre los acontecimientos y que mantengan un discurso y una práctica revolucionaria las dificultades se redoblan y las soluciones se alejan, pero es ya hora de enarbolar la consigna por el Socialismo, de dignificar el ideal.
La realidad es que entre los judíos hay comunistas, entre los palestinos también, fuera de ese territorio igualmente. Somos pocos, pero todos y cada uno de nosotros tenemos la tarea obligada de defender, de difundir, de debatir para hacer visible esa posibilidad.
Defendamos un Estado Árabe-Judío, independiente, binacional, soberano, homogéneo, democrático y socialista en donde la economía esté planificada y en donde cualquier decisión que se tome esté encaminada a procurar el bienestar COMÜN sin diferencias de etnia, religión o cultura, a su vez un Estado que sea un ariete contra las respectivas burguesías ya sean éstas judías o árabes y se declare enemigo de las diferentes monarquías sátrapas de Medio Oriente y de los distintos Estados Imperialistas que han creado este enorme embrollo sin solución aparente y que es causa de tanto sufrimiento en el lado de los oprimidos.
SÓLO EN EL SOCIALISMO ESTÁ LA SOLUCIÓN.