Hay un dicho popular que dice que cuando uno señala el Sol los tontos se fijan en el dedo. Pues con el desastre ocurrido con la Depresión Aislada en Niveles Altos “DANA” en la Comunidad de Valencia muchos están intentando desviar la mirada sobre las causas para que sólo veamos los efectos.
DE ALTA CUNA
Cuando Cecilia, en su canción, hablaba de la Alta Cuna de la señora protagonista de su canción se refería a su origen de rancio abolengo, de clase burguesa y muy respetable. Con el fenómeno de las DANAs, o más concretamente con otro fenómeno análogo: la Gota Fría en España o el Episodio Cevenol en Francia, pasa lo mismo, que su origen se pierde en el tiempo. Gracias a la existencia de una institución de origen árabe -el Tribunal de las Aguas- se tienen registros desde el siglo XIII de inundaciones periódicas y que vienen ocurriendo entre los meses de agosto a octubre como consecuencia del calentamiento de las aguas del Mar Mediterráneo. Estas inundaciones ocasionaban grades perjuicios sobre las haciendas y las personas, entre otras cosas porque no había tecnología para pronosticarlas ni capacidad para minimizar sus consecuencias. Éstas eran devastadoras sobre todo porque afectaba a un gran núcleo urbano: la ciudad de Valencia. Es tan recurrente este fenómeno que después de la riada de 1957 se hicieron las obras de desviar el curso del rio Turia a su paso por la ciudad. Fue una obra faraónica que se financió a través del aumento de los impuestos y la creación de otros nuevos, aparte de nuevas Tasas y gravámenes. La ciudad de Valencia se sintió segura, pero a costa de desviar el problema hacia la margen derecha del rio Turia.
La riqueza de sus regadíos y la industria creada en la provincia entera de Valencia atrajo a grandes cantidades de mano de obra que se asentaron donde buenamente podían y la especulación inmobiliaria, aparejada al capitalismo salvaje, les permitía. Un urbanismo caótico y clasista que permitió y permite construir viviendas en zonas inundables o en el borde de los barrancos, infraestructuras como autovías, carreteras, vías férreas, azudes para el regadío, presas como la de Tous etc. que, o bien obstruyen el normal curso del agua o facilitan la escorrentía del agua sin que ésta pueda ser absorbida por la tierra y la vegetación. Toda esta situación se ha visto fuertemente agravada por la explosión de un turismo masivo en la línea costera desde la década de los sesenta.
El calentamiento del mar Mediterráneo y de los océanos, la desaparición acelerada de los glaciares y de los casquetes polares son consecuencias directas de la quema exponencialmente creciente de combustibles fósiles provocando el efecto invernadero y un desorden entrópico de la segunda ley de la termodinámica, es decir: el llamado Calentamiento Global. Los conservadores dicen que “cambios” ha habido siempre y, lo cierto es que eso es verdad, pero nunca tan aceleradamente y como consecuencia de la actividad humana. La solución no vendrá de la mano de los Ayuntamientos, ni de las Diputaciones, ni de las CCAA, ni de un determinado Estado, sino que esas soluciones o parches tendrán que venir de los acuerdos de la Comunidad Internacional. Sin embargo, vivimos en un Mundo en donde impera un capitalismo de rapiña, cortoplacista consumista, irracional, competitivo y anárquico -es el único que existe, salvo en la Ciencia Ficción, porque está en su naturaleza ser así-. Hay que convencerse de que esto no es sólo un fenómeno natural, sino que es un fenómeno social cuyo origen radica en el propio Modo de Producción Capitalista y que, por tanto, lo pone en cuestión a cada tragedia que vivimos. Luego, la solución no vendrá de la mano del desarrollo del capitalismo, sino de otro Modo de Producción que lo supere y a través de la planificación y el ordenamiento del territorio sin ánimo de lucro que ponga la vida humana y la vida en general acorde a la Naturaleza y en armonía con ella.
El hecho real y cierto es que entre la comunidad científica existe un consenso de que a medida que vaya pasando el tiempo estos fenómenos serán más recurrentes y con una fuerza más devastadora. Este último episodio ha sido un tren de tormentas encadenadas con un frente de más de 200 kilómetros y abarcando una extensión de más de 1000 kilómetros cuadrados. Desde que se tienen registros nunca han sido de esta magnitud, los normales solían ser de entre 20 y 30km². Lo que hacen los magufos, pseudocientíficos irracionales y ultraderechistas, que a fin de cuentas van en la misma barca, es, en primer lugar negar la realidad, los datos etc –negacionismo puro y duro-, en segundo lugar minimizan o amplifican los efectos, según convenga, para distraer sobre las causas. Es la vieja táctica de mover la diana para que los tiros vayan por otro lado.
DE BAJA CAMA
Explicaba Gramsci que la diferencia entre la Alta Política y la Baja consiste en que, en la primera, se dirimen cuestiones que afectan a los intereses contrapuestos y cardinales de las dos clases fundamentales de esta sociedad: el proletariado y la burguesía; la otra –la Baja Política- es donde se baja al terreno de lo particular, del día a día, de lo inmediato. Las dos, de un modo semejante a como lo son la táctica y la estrategia, son importantes. Cecilia en su canción refiriéndose a la baja cama se refiere a la hipocresía, a la doble moral ya que la Dama en cuestión era Señora de su Señor y, a su vez, amante de un vividor.
Bajando al barro de lo que ha sucedido con la tragedia valenciana asistimos a maniobras políticas de la más baja estofa para intentar ocultar las causas centrándose sólo en los efectos o directamente para escurrir el bulto para no asumir responsabilidades y culpabilidades.
En Valencia han concurrido dos causas catastróficas, una DANA sin precedentes y la nefasta gestión del PP.
Hace algo más de un año el PP valenciano sacaba pecho orgulloso de haber dado carpetazo al proyecto de un sistema de emergencias que ampliaba las competencias, los recursos y protocolizaba, aún más, los métodos de actuación mientras que; por otro lado, se destinaba parte de ese dinero para escuelas y festejos taurinos. El P(artido) P(odrido) y VOX vendieron su “magnifica” idea con la cantinela de que al haber menos “Estado” habría más libertad.
Cuando los gestores del Capital se ven entre la disyuntiva de elegir cuales son las prioridades, si entre las vidas de los obreros o la paralización del aparato productivo, por regla general siempre optan por lo segundo. AEMET venía avisando con bastantes días de antelación sobre la formación de una DANA en ese territorio y según se iba acercando en el tiempo iba subiendo el nivel de alerta llegando incluso al aviso rojo el mismo día de la desgracia a las 08,00h. La Confederación Hidrográfica a las 11,00 ya dio la voz de alarma sobre posibles desbordamientos y aún así, las Autoridades de la Generalidad andaban recogiendo premios de una Asociación Turística y a las 13,00h decían que a las 18,00 todo habría pasado. A las 20,20h cuando ya habían cerrado las Empresas y el agua les llegaba al cuello a media Provincia, lanzan la alerta por móvil a los ciudadanos de que se refugien en sus casas. Prácticamente ninguna Empresa cierra voluntariamente antes enviando a sus trabajadores a casa, tan sólo algunos colegios, las oficinas de la Diputación y de la sede del P(artido) P(eligroso) sí lo hacen a mediodía. La negligencia es de libro y las consecuencias catastróficas.
Países con muchos menos recursos, pero donde la prioridad es la de salvar vidas, como por ejemplo Cuba, están a años luz de la implementación de protocolos y de actuación eficaz para proteger a sus ciudadanos.
Si en Valencia se hubiese actuado conforme los avisos seguramente no se hubiesen podido evitar las tormentas y riadas, pero sí se hubiesen salvado muchas vidas y bienes. Ni que decir tiene que si hubiese instalado previamente una educación en la población para actuar ante los avisos y este tipo de catástrofes la situación ahora mismo sería muy otra. Lo que ha ocurrido es consecuencia directa del desinterés del Sistema por esferas del trabajo humano que estarían al servicio de la protección de la vida, pero que no son directamente rentables porque para el Capital no son una inversión redituable, sino directamente un gasto.
Una vez desatada la calamidad e instalado el caos la desorganización ha sido la tónica general. El Centro de Coordinación Operativa Integrado “CECOPI” no da pie con bola en los primeros momentos, justo cuando es más necesaria una actuación eficiente y la población siente en sus carnes el abandono de la Administración. Administración, que por cierto, vienen siendo sistemática y deliberadamente aligerada como consecuencia del desmantelamiento de lo Público.
Casi desde el principio y de manera creciente ha comenzado la ceremonia del “y tú más” “no era competencia mía” “la culpa es de otros”, todo en aras de escurrir el bulto y evitar que saquemos las debidas lecciones.
Decía un filósofo que lo que media entre la Civilización y la Barbarie son 7 comidas, es decir, que cuando a un colectivo amplio de humanos que a priori están civilizados se les somete a una situación de hambruna continuada en el corto plazo ese grupo de personas comienza a comportarse como animales sin un ápice de racionalidad. El ánimo de los valencianos que han perdido a familiares, amigos, vecinos y sus posesiones están destruidas por el barro o se las ha llevado el agua, si, encima de todo eso, no tienen los servicios primarios más vitales se pueden convertir en una turba que se lleve por delante todo lo que encuentre. La inmensa mayoría de esa población son de extracción humilde que han sido sometidos durante mucho tiempo a un embrutecimiento político que les lleva incluso a elegir a opciones políticas que son las que menos les conviene. Ahora ante la desesperación y la rabia son presa fácil para el Sistema que a través de cuatro demagogos les conduzcan a canalizar su odio y frustración precisamente en contra de sí mismos. Para eso este Sistema sí anda listo fomentando la educación de la estupidez política. Lo que no seamos capaces de hacer por nosotros mismos nadie vendrá a hacérnoslo. Cuando todo se pierde no hay nada que perder salvo el miedo. Canalicemos nuestra rabia de manera positiva para superar toda esta mierda.