os bombarderos israelíes bombardearon hoy la capital de Yemen, Saná, y su puerto, Hodeida, matando al menos a nueve personas en su intento de acabar con las fuerzas hutíes, que han lanzado ataques en solidaridad con Palestina.
Los bombardeos se produjeron después de un ataque con misiles de los hutíes contra Israel. El ejército afirmó que el ataque tuvo como blanco la infraestructura de Hodeida, otro puerto, Salif, y la terminal petrolera de Ras Isa, y luego destruyó la infraestructura energética de Saná.
Atacar la infraestructura energética civil es un crimen de guerra.
“Después de Hamás, Hezbolá y el régimen de Asad en Siria, los hutíes son casi el último brazo restante del eje del mal de Irán”, declaró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
“Quien levante la mano contra el Estado de Israel, se le cortará la mano”, añadió el ministro de Defensa israelí, Israel Katz. “Quien nos haga daño, será dañado siete veces más”.
Israel también llevó a cabo otros ataques en el norte de Gaza, el territorio palestino que invadió hace 14 meses, matando a otras 25 personas.
Human Rights Watch publicó hoy un estudio detallado en el que afirma que la restricción deliberada del suministro de agua a Gaza por parte de Israel equivale a “actos de genocidio”.
El grupo de derechos humanos es el último de un creciente número de críticos que acusan a Israel de genocidio. Su informe concluyó que innumerables bebés, niños y adultos han muerto por desnutrición, deshidratación y enfermedades como resultado de las acciones de las autoridades israelíes durante más de un año de guerra para cortar deliberadamente el suministro de agua y electricidad a Gaza, destruir la infraestructura e impedir la distribución de suministros críticos.
“Como política de Estado, estos actos constituyen un ataque generalizado o sistemático contra una población civil. Por lo tanto, los funcionarios israelíes están cometiendo el crimen de lesa humanidad de exterminio”, afirmó.
El primer ministro británico, Sir Keir Starmer, generó controversia al comienzo de la guerra cuando dijo que Israel tenía derecho a cortar el suministro de agua a los civiles.