Irene Montero y su partido Podemos han formado parte del gobierno más militarista de la historia y, por supuesto, han aprobado presupuestos del Estado en el que las ingentes partidas económicas destinadas al gasto militar iban en el mismo paquete de dichos presupuestos. Es razonable y necesaria una severa crítica al Ejecutivo, llamado progresista, por su actitud tan despilfarradora y guerrerista, sobre todo cuando deja de lado otras cuestiones tan importantes (al fin y al cabo es un gobierno capitalista, ¿qué otra cosa esperar?), pero que la crítica la haga la señora Montero, que fue juez y parte, es el sumun de la hipocresía.