Israel había prometido matar a Haniyeh y a otros líderes de Hamas además de la masacre en Gaza que han dejado al menos 40.000 palestinos muertos.
El ataque se produjo apenas horas después de que Israel atacara a un alto comandante del Hezbolá, aliado de Irán, en la capital libanesa, Beirut.
Haniyeh había sobrevivido a un intento de asesinato anterior por parte de los israelíes en 2003.
En abril, tres de los hijos de Haniyeh y varios de sus nietos fueron asesinados por los israelíes y en junio su hermana y su familia fueron asesinados.
Tras el asesinato de Haniyeh, el Ayatolá Jamenei dijo: “Consideramos su venganza como nuestro deber” y añadió que Israel había “preparado un duro castigo para sí mismo”.
Pero el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, instó hoy a los países a “tomar las decisiones correctas en los próximos días”. Obviamente, no condenó el crímen.