Sucedió el 10 de febrero de 1997, hoy hace 28 años, cuando el joven insumiso Unai Salanueva falleció víctima del Estado. Al igual que muchos jóvenes vascos, Unai adoptó una actitud desobediente ante el ejército español y se convirtió en insumiso al servicio militar. Eran tiempos en que el servicio militar era obligatorio y el Estado castigaba duramente la insumisión al mismo. Esta implicaba persecución policial, órdenes de detención, juicios y condenas de cárcel. La criminalización del movimiento insumiso era una constante.
Unai Salanueva sufrió todo eso. Fue detenido y juzgado. Luego de permanecer una temporada en prisión le fue aplicado el tercer grado, teniendo que volver a la prisión cada noche. Sin embargo, el 10 de febrero del 1997 salió de la cárcel. Tenía que volver a la noche, pero prefirió no hacerlo; para no volver, Unai Salanueva decidió quitarse la vida.
Cabe subrayar que la insumisión fue apoyada por alrededor de 25.000 personas; datos de 1991 revelan que la mitad eran del País Vasco. Se celebraron más de 4.000 juicios y casi 2.000 insumisos fueron encarcelados.