El PSOE es un partido guerrerista desde hace mucho tiempo. El de ahora, dirigido por Pedro Sánchez se está mostrando sumamente bélico; lo estamos viendo con su apoyo a la OTAN en los actuales conflictos imperialistas. También supimos de ello con su participación en la destrucción de Libia cuando gobernaba José Luis Rodríguez Zapatero. Igualmente lo vimos hace 26 años en Yugoslavia.
Hace hoy 26 años, el 24 de marzo de 1999, el secretario general de la OTAN (Javier Solana, del PSOE) ordenó el comienzo de los bombardeos contra Yugoslavia; por supuesto, todo con el beneplácito del presidente de los Estados Unidos de entonces, Bill Clinton. Los ataques duraron 78 días (hasta el 11 de junio de 1999) y causaron la muerte 2.500 personas y 12.500 heridas. Más de 25.000 viviendas fueron destruidas.
Los agresores arrojaron 9.160 toneladas de bombas, algunas de ellas conteniendo uranio empobrecido con efectos nocivos inestimables para el medio ambiente y la salud de las personas afectadas. La brutal agresión NO contó con la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU.
Como consecuencia directa de esta intervención imperialista se puso fin a la República Federal de Yugoslavia.