Un paramédico palestino quedó horrorizado cuando se levantó la sábana ensangrentada del cuerpo que trasladaba: el cadáver sobre la camilla era el de su propia madre, asesinada en un ataque aéreo israelí el miércoles en la parte central de la franja de Gaza.
”¡Oh Dios, juro que es mi madre! ¡No sabía que era ella!”, gritó Abed Bardini mientras rompía en llanto sobre el cadáver de su madre, Samira, tomando su cabeza entre sus brazos. Los demás paramédicos de la Media Luna Roja trataban de consolarlo sin éxito.
Sin saberlo, Bardini había estado sentado en la ambulancia al lado del cuerpo de su madre, el cual se encontraba envuelto en una sábana blanca manchada de sangre mientras el vehículo avanzaba a saltos durante aproximadamente 2 kilómetros de caminos destruidos hacia el Hospital Mártires de Al-Aqsa en Deir al Balah.