Fue asignado primer ministro hace tan sólo tres meses. Per la asignación de Michel Barnier fue forzada, más que otra cosa, ya que se obvió el resultado electoral que dio el triunfo del llamado Frente Popular. Y de esos polvos estos lodos, porque el Gobierno de Barnier acaba de caer mediante una moción de censura.
Ha sucedido en la tarde de este miércoles. La moción de censura fue presentada por La Francia Insumisa (LFI) y Agrupación Nacional (RN), este último una formación política ultraderechista. La Asamblea Nacional ha destituido al primer ministro, al registrarse 295 votos a favor de la moción de censura. Barnier ha sido el jefe de Gobierno más efímero de la Quinta República.
El diputado de LFI Eric Coquerel ha defendido la moción calificando el Gobierno de Barnier como un “insulto a los votantes” al no negociar las reformas presupuestarias con el bloque de izquierda, que es la principal fuerza parlamentaria.
Boris Vallaud, del partido “socialista” ha acusado a Barnier de “traicionar el tradicional ‘frente republicano’”, al priorizar conversaciones con la extrema derecha en lugar de buscar acuerdos con las fuerzas a su izquierda.
Por su parte, Marine Le Pen, líder de Agrupación Nacional, ha justificado su apoyo a la moción propuesta por la izquierda criticando la política fiscal del Ejecutivo, acusando a Barnier y al presidente Emmanuel Macron de “castigar a la clase media y trabajadora” con un presupuesto que calificó de “tecnocrático” y “sin visión”. Esta coincidencia, tan insólita como esperada entre LFI y RN, ha sido fundamental para superar la mayoría absoluta necesaria para la censura.
La caída del Gobierno de Barnier pone a Emmanuel Macron en una posición delicada, ya que deberá designar a un nuevo primer ministro que logre equilibrar las tensiones entre las distintas fuerzas políticas. Mientras tanto, el país se enfrenta a una creciente inestabilidad política y financiera que podría derivar en nuevas elecciones legislativas.
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