Se repite la historia una y otra vez. La izquierda institucional cuenta con los PS y luego éste la devora. En Francia, el PS venía de una travesía del desierto que los analistas calificaban de terminal. Con unos resultados electorales paupérrimos que lo dejaron al borde de la desaparición (como en el PSI en Italia), entonces desde la izquierda se le tendió el brazo para que dentro del Nuevo Frente Popular obtuviera decenas de diputados. El sistema quiere al PS como recambio llegado el momento (así viene siendo desde el siglo pasado) y todo alumbra a que Macron y las derechas no extremas van a contar con ellos para el nuevo gobierno francés.
En efecto, el Partido Socialista francés ha dicho no este sábado a respaldar a Huguette Bello como candidata de la izquierda para el puesto de primera ministra, al pensar que «ningún nombre genera consenso» entre las formaciones del Nuevo Frente Popular (NFP).
En su lugar, el PS ha solicitado continuar las discusiones a fin de conseguir consensuar un candidato para el próximo jueves, cuando se constituye la Asamblea Nacional surgida de las recientes elecciones legislativas.
«Lograr un consenso es un método que necesita tiempo, algo que es normal», ha dicho el secretario general socialista (no su cargo más importante), Pierre Jouvet, esta noche, al finalizar una reunión del Consejo Nacional del partido.
Tras ese anuncio, el coordinador nacional de la izquierdista La Francia Insumisa (LFI), Manuel Bompard, ha atacado a los socialistas por «bloquear» la presentación de una candidatura de consenso al presidente Emmanuel Macron.
Bompard ha comentado que los dirigentes de LFI van a mantener una reunión a mediodía del domingo para «analizar el bloqueo» socialista.
Por su parte, el partido ecologista EELV también ha eludido este domingo respaldar a Bello después de una reunión de su comisión ejecutiva.
El nombre de Bello fue propuesto el viernes por el Partido Comunista (PCF) frente el callejón sin salida al que llegaron los 4 partidos del NFP, sobre todo porque el PS y el LFI se estaban aferrando a candidatos de sus respectivas filas.
Después de la propuesta de Fabien Roussel, el líder del Partido Comunista, Bello consiguió en la noche del viernes el visto bueno del fundador y líder en la sombra del LFI, Jean Luc Mélenchon, quien pensó que ella puede ser «una solución» ya que «cumple muchos requisitos» para el puesto.