El presidente de Francia, Emmanuel Macron, tomó la decisión de cortar el acceso a internet en distintos puntos de la periferia de París (la capital del país) a partir de este mismo lunes.
El Ministerio del Interior francés explica a través de un comunicado que las restricciones se aplican con el objetivo de “prevenir la utilización de forma abusiva de las redes sociales y las plataformas para coordinar las acciones ilegales e incitar a la violencia”.
Este hecho ha sido señalado como un atentado a la libertad de expresión. La ONG Human Rights International, por ejemplo, ha expresado que “el querer limitar el acceso a Internet en Francia es un acto de censura, que lo único que busca es que no se muestre la realidad del país”.
No es la única medida que de corte fascista que las autoridades francesas están tomando para intentar para las protestas desatadas, tras el asesinato del joven Nahel Marzouk provocado por un policía. El ministro de Justicia francés, Eric Dupond-Moretti, informó el pasado sábado que los padres de niños que participan en protestas policiales en Francia podrían ser procesados.
Dupond-Moretti lo dijo de esta manera: “Los padres que no cuidan a sus hijos (menores de 17 años) y los dejan afuera por la noche sabiendo a dónde irán, se enfrentarán a dos años de prisión y una multa de 30.000 euros”.