Solidaridad, eso es lo que falta según la señora Isabel Rodríguez. Es la única idea que se le vienen a la cabeza a la ministra socialista para hacer frente al problema de vivienda que asola nuestro país.
“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” así resuenan las palabras de la ministra referidas a los grandes tenedores de vivienda y a los rentistas, pidiéndoles clemencia ante la situación de los que no son como ellos. Y en ese último ellos, entra la mismísima Isabel Rodríguez, la cual es propietaria de varios inmuebles y obviamente no va a ser quien vaya contra los de su misma clase social.
Con el punto de mira apuntando a la inmigración de la manera más execrable posible, al PSOE le viene de perlas que el foco apunte ahí para diferenciarse de los discursos derechistas de verdes y azules, mientras mantiene las políticas más neoliberales posibles en temas como la vivienda.
Así las cosas, cuando la izquierda, por muy parlamentaria que esta sea, no se diferencia en las políticas más elementales de la derecha, terminará por servirle en bandeja de plata el gobierno a esta última. Cuando esto suceda, las palabras que entonces formularán en el PSOE serán algo así como: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” porque ya no tendrán nada que hacer.
Frente a unos y otros, la tendencia a la conformación de un frente amplio popular de lucha se antoja primordial para salvarnos de tales vilezas. Un frente que aglutine la lucha de todas las causas que socavan las condiciones de vida de la gente y no dependa de gestos de falsa filantropía.