En la mañana del domingo 3 de noviembre, se ha producido la visita del Rey, el presidente del gobierno y el presidente de la Generalitat valenciana a las calles de Paiporta. El hecho de producirse ya es cuanto menos cuestionable desde el punto de vista ético; ¿en qué momento a los dirigentes les parece una buena idea plantarse en uno de los pueblos más afectados a darse un paseíllo y ver las consecuencias de la Dana cuando no ha habido ni un atisbo de coordinación para prevenir antes y actuar durante y después? Ciertamente suena a provocación y mal gusto.
Y es que así lo ha tomado la gente, como un acto provocativo. Lo que creían que sería un acto para que la gente viera la filantropía y cariño que sienten estos tipos por el pueblo se les ha tornado en un baño de barro acompañado de insultos. Poco han durado Pedro Sánchez y Carlos Mazón que a la mínima que han visto peligrar su integridad han puesto pies en polvorosa. Se saben culpables de la lamentable gestión del antes, durante y después y la gente se lo ha hecho saber. Poco ha sucedido cuando vas a pasearte por un pueblo en el que hay decenas de muertos y no has conseguido solucionar temas como abastecimiento, agua potable o electricidad.
El rey ha seguido caminando por las calles, era sabedor de que contra él no había ninguna reprimenda directa, aunque se haya tenido que oír alguna lindeza y aguantado el lanzamiento de barro, siempre viene bien lavarle un poco la cara a la corona. Así pues, se ha presentado como en la Edad Moderna, intentando calmar a un pueblo furioso que exigía que se les tratara como merecen (no es para menos). Eso sí, no pocos fueron los que les lanzaron barro y les recordaron a sus majestades que ellos sí tienen agua y allí llevan 5 días sin saber de ella.
De los dos cobardes que huyeron poco se puede decir. Se comportan como lo que son y gobiernan para los que interesa. El pueblo ante tal vejación, estalló, pero sólo fue eso, un estadillo de ira, impotencia, tristeza y desolación. No convirtamos estallidos de ira por la pérdida de seres queridos y bienes materiales en un resquicio de revolución como alguno de ciertos sectores de la izquierda quieren vislumbrar. Sino que vean como muchos iban a hablar con el rey para pedir “despidos directos” o “echar a este gobierno”. Entiéndase pues tal estallido ante los dirigentes y representantes como lo que es y no más allá.
De igual modo, hay que destacar que toda la panda de vividores como Alvise, o de matones a sueldo como Dani Esteve, no han sido bien recibidos. El pueblo también sabe a quién quiere tener cerca y los intereses reales de estos personajes, que no son otros que hacer ver sus bondades y señalar directamente a cualquiera que se posicione algo a su izquierda, lo cual no es nada difícil.
Por último, se está leyendo y escuchando mucho el lema: “sólo el pueblo salva al pueblo”. Si bien es cierto que es una frase con mucho poder y que revoca comunidad, lazos y unión, se está prostituyendo en boca de falaces derechistas y vendehúmos que la usan contra el gobierno del PSOE. Gente sin valores que nunca se acuerda del pueblo, ni cuando los desahucian, ni cuando los despiden masivamente, ni cuando reciben cualquier tipo de discriminación vienen ahora a llenarse la boca y gritarlo a los cuatro vientos. No seré yo quien defienda al PSOE, pero tampoco se ha de permitir que estos tipejos intenten apropiársela y darle otro significado o sentido. Reivindiquémosla y no permitamos que hablen de pueblo cuando ellos lo venderían al mejor postor por tener un asiento más grande y las arcas más llenas.
En una gestión desastrosa a todos los niveles y efectos en todos los momentos de la DANA, sólo queda exigir responsabilidades y hacerlas cumplir; enviar todos los recursos necesarios, sean los que sean, para que todos los afectados puedan restablecer sus vidas en el menor tiempo posible.