Una devastadora guerra tuvo que librar la República Popular Democrática de Corea (RPDC) entre los años 1950 y 1953, al enfrentarse directamente a las fuerzas estadounidenses, lanzadas hacia la nación asiática para contener lo que allí ocurría: la construcción de un país libre que no aceptó nunca ser sometido, primero por el imperio japonés y luego por EE. UU.
El 27 de julio, la RPDC celebra el Día de la Victoria en la Gran Guerra Patriótica de Liberación, momento decisivo que, bajo la dirección de Kim Il Sung, mostró al mundo cuánto es capaz de luchar un pueblo cuando militares de una potencia foránea amenazan su libertad y su integración, ganada en la lucha y en la ardua resistencia, en pos de construir un proyecto de país.
Bajo la consigna de ¡Todo por la victoria en la guerra!, lanzada por el presidente Kim Il Sung, el Partido, como fuerza dirigente, y el pueblo todo, supo unirse y vencer a fuerzas muy superiores en cantidad y tipo de armas.
En estas siete décadas, tras la victoria contra las fuerzas militares estadounidenses, la RPDC ha resistido amenazas y agresiones de todo tipo, así como sanciones económicas dictadas, en todos los casos, por los gobiernos de Estados Unidos.
En tal contexto, ha construido un proyecto de país que, además, tiene en su capacidad nuclear un muro de disuasión y contención contra quienes insisten en provocar una guerra de incalculables consecuencias en la península coreana.
(Diario Granma)