El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, debe considerarse a sí mismo muy inteligente, y, al parecer, se cree con derecho de impartir algunas clasecillas a los presidentes de algunos países de la CELAC. De estos dice que no tienen “la visión correcta” de la guerra de Ucrania.
En realidad, no es que no tengan la “visión correcta”, sino que no se dejan doblegar por las siniestras necesidades de la OTAN-EE.UU., como sí lo hace de manera harto vergonzosa la España o el gobierno español que él representa.
Albares ha considerado que algunos países de América Latina y el Caribe tal vez no tienen “la visión correcta” respecto a la guerra de Ucrania, aunque son la excepción, y, he aquí su arrogancia, ha defendido la necesidad de explicársela, restando importancia para el éxito de la cumbre entre la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) el contenido de la declaración final.
Así es cómo lo ha dicho: “Hay países que tal vez no tengan exactamente la visión correcta de lo que es esta agresión ilegal” contra Ucrania pero “nosotros vamos a seguir hablando con ellos, explicándoles”.
Y ha subrayado que son “una excepción” los países latinoamericanos que “no consideran que la guerra de Rusia contra Ucrania es una guerra de agresión ilegal y contraria a la Carta de las Naciones Unidas”.
Cualquier cosa menos humilde.