El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, que habla sin vergüenza ni impunidad del papel activo de España en la política exterior para 2025 —un año “crucial” para la construcción de la paz y la defensa de la democracia—, abordará la situación de los países, en un momento en el que la Unión Europea estudia levantar sanciones a Siria, ya que el nuevo gobierno terrorista cumple los designios y las expectativas occidentales. Para eso fue apoyado y entrenado. Las privatizaciones y los negocios de las grandes empresas, estarán, con toda seguridad en su agenda.
Antes de reunirse con el nuevo gobierno (calificado por Occidente como «yihadistas pragmáticos»), el ministro acudirá a la Embajada Española para felicitar el trabajo del personal. Allí presidirá el izado de bandera, que se arrió con la salida del embajador en 2012 y no ha sido enarbolada desde entonces.
El anuncio se ha retrasado por acabar de cerrar los detalles respecto a la retirada de las tropas sionistas y su presencia en el corredor de Philadelphi. Hamás no se fiaba de Netanyahu y exigía a Israel los mapas y plazos de retirada de las tropas de la Franja, ya que denunciaba que Tel-Aviv había hecho un planteamiento demasiado ambiguo. Hamás ha conseguido conservar gran parte de su capacidad a pesar del asesinato en julio de 2024 del jefe del buró político del grupo, Ismaël Haniyeh, y del líder de su ala militar, Mohammed Deïf. Según declaraciones de miembros de Hamás, a pesar de la intensa campaña militar llevada a cabo por Tsahal en la Franja de Gaza, el grupo ha conservado el acceso a «una parte considerable de su infraestructura de túneles» y ha reconstruido algunos de los túneles destruidos por Israel