Hoy es de estos días donde la célebre canción infantil «Vamos a contar mentiras», es tomada por la prensa patria para construir un relato que consuman con urgencia sus súbditos.
La sublevación del Grupo Wagner (que luchaba contra la OTAN hasta hace unas horas y se ve que le dieron con el precio porque empezó a hacerlo contra Rusia) fue jaleada desde la prensa occidental con titulares y consignas propias de su entramado mediático al servicio del imperialismo. Decían que el avance de Wagner hacia Moscú era implacable y especulaban con qué refugio encontraría Putin tras la derrota. Una derrota que daban por hecho y que era cuestión de tiempo. Algunos medios hablaban incluso de una guerra civil y de ciudades y pueblos ya en manos de los wagnerianos. En general, se vendió el tema como un paso decisivo de la victoria occidental y otanica que usa a Ucrania como títere. En las redacciones de los medios multiplicaron los efectivos sabatinos y el nerviosismo de estar ante un acontecimiento histórico como era la caída de Putin, los cegó.
Horas después supieron que los wagneristas se habían replegado, negociado, rendido, y que ya no iban hacia Moscú sino que su tropa volvía a los campamentos y sus líderes a Bielorrusia para evitar a la justicia rusa. Es decir, fin del intento de golpe (¿patrocinado por quién?).
La cuestión de los medios capitalistas era qué decir ahora después de lo que intentaron vendernos. Con la altanería que los caracteriza, con la soberbia que acostumbran creada a base de mentiras, van y aparecen hoy domingo con titulares y contenidos tipo: Putin, el gran derrotado. No sabemos si Wagner hubiera llegado victorioso al Kremlin cuál hubiesen sido los titulares. ¿Queda claro para qué está su prensa y a quién obedece?