Andaba buscando un par de cosas y me he topado con un vídeo de Radio Grito Baire. En él se recoge parte de una actuación de Cándido Fabré en los carnavales de Contramaestre (Santiago de Cuba) de 2017. Para quienes no conozcan a Fabré, añadir que es cantante y compositor, pero además es tremendo improvisador.
Natural de Manzanillo (10 de septiembre de 1957), ciudad de la provincia oriental de Granma, Cándido Fabré es muy querido por el pueblo de Cuba. Con su aguardientosa voz no ha dejado indiferente a la población de ningún rincón de la Isla; tampoco de los muchos lugares de fuera de ella donde ha actuado.
Su conexión con el público siempre ha sido total. Si he elegido el vídeo que les he comentado no es porque ahí interpreta su mejor pieza musical (“Pa´ que se vaya lo malo”), sino porque en él se puede observar muy claramente esto que afirmo. Con la gente totalmente entregada a los pies del escenario, arriba de este sucede más de lo mismo.
Los músicos, que son unos cuantos, rodeados y mezclados, literalmente, por no pocas y bailadoras personas. ¿Cuántos artistas aceptan algo así? La imagen que se percibe en escenario es tan caótica como entrañable. Resulta hasta cómica. Es una actuación del gran Cándido Fabré.
El cantante de Manzanillo subraya la gran cantidad de horas que lleva en este concierto con su descarga. Pero esto con él y su orquesta es lo habitual. Yo mismo he sido testigo de sus interminables actuaciones.
Hace ya muchos años lo pude comprobar. Esto sucedió en Nicaro (municipio de Mayarí, provincia de Holguín). En pleno Período Especial la escasez de muchas cosas golpeaba con crudeza, pero la música nunca faltó en los oídos y ojos de la gente, del pueblo. Una hermosa noche Cándido Fabré actuó en la plaza del Dos de Lengua de Pájaro (este es el nombre original de Nicaro).
El cantante de “Patria o Muerte” confeso subió al escenario y, para regocijo del público, que gozó sobremanera, se le olvidó bajar del mismo. Pasó una hora, dos, tres, cuatro, cinco… y amaneció. Cuando ya el sol llegó para reivindicar con fuerza su existencia, comenzamos la gente a fundirnos desapareciendo por la alcantarilla del agotamiento físico. La cama es un lugar para seguir soñando. Eso es lo hicimos.
- “Pa´ que se vaya lo malo” (Bembé):
- “Yo soy de Patria o Muerte” (Cándido Fabré):
(Baraguá)