Nos hablan en términos generales de “escudo social”. Pero, ¿qué es lo que protege tan cacareado instrumento? Nada. Las balas que diariamente dispara el capitalismo contra el proletariado traspasan con suma facilidad el enclenque “escudo social”, e impactan muy gravemente en el segmento más débil de la clase trabajadora. Si algo protege el mencionado escudo no es precisamente a la clase explotada, sino a la burguesía que la somete.
En el tema de la vivienda, por ejemplo, nos vienen diciendo que las personas vulnerables no pueden ser desahuciadas. Eso nos dice el gobierno español (PSOE-Sumar) y nos lo dice el resto de las formaciones socialdemócratas que, de una u otra manera, le apoyan.
Los desahucios se siguen produciendo. Lamentablemente, ejemplos existen por doquier. El pasado 30 de diciembre, por poner uno solo, una mujer y su hijo fueron arrojados a la calle de su domicilio en Sopela (Bizkaia). Lo denunció el Sindicato Socialista de Vivienda de Uribe Costa.
Las personas desahuciadas fueron sacadas de su hogar “sin una alternativa real y estable”. Será el mencionado Sindicado quien trate de buscarle cobijo, no la institución burguesa de Sopela llamada ayuntamiento.
El Sindicato Socialista de Vivienda de Euskal Herria denunció que el “escudo social”, que el gobierno español nos vendió el pasado 23 de diciembre, es papel mojado. Y está en lo cierto; la cruda realidad es que en el Estado español se desahucia prácticamente todos los días.