El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha comparecido en el Congreso para explicar lo inexplicable: que el contrato de compra de balas para la Guardia Civil a una empresa israelí no había sido rescindido a pesar de haber anunciado y asegurado lo contrario, meses antes.
Habló de «desajustes» o «errores puntuales». No solo eso, también ha explicado que Interior no fue capaz de hallar una solución para rescindir el acuerdo sin perder dinero.