No hace una semana que el Presidente del Gobierno más progresista de la historia anunció la disolución de las Cortes y la convocatoria de nuevas elecciones.
El Consejo de Ministros y Ministras del pasado 29 de mayo, el último del mes, cerraba por tanto el ciclo del gobierno y abría paso a un nuevo reparto de la baraja de naipes de la política institucional española.
Pero el Consejo de Ministros traía además otras sorpresas, esta vez relacionadas con lo militar y el aumento descarado y a goteo de su presupuesto y de las autorizaciones de gasto del gran saco sin fondo de nuestro militarismo.
Esta vez eran casi 62 millones de euros, pero si sumamos los constantes aumentos de gasto autorizados por los Consejos de Ministros desde el primer Consejo del año en enero hasta el 29 de mayo, la cifra se nos antoja bastante indecorosa, nada menos que 10.594,28 millones de euros.
Un gasto que se autoriza con cargo a presupuestos no sólo de este año, porque una gran parte del mismo, precisamente el destinado a adquirir más armas, se compromete para plazos de dos, cuatro, cinco o más años, obligando con una importante carga heredada al gobierno que suceda al actual.
El gasto así aprobado es variopinto en cuanto a las razones de ser, como en el ministerio encargado de inyectar el chute económico correspondiente al Ministerio de Defensa, como podemos ver en el cuadro siguiente:
Esta distribución demuestra, una vez más, la enorme complicidad de diversos ministerios en la construcción del gasto militar no presupuestado inicialmente, principalmente los que componen el que podemos llamar círculo económico ministerial (Hacienda, que ha comprometido nada menos que 5.758,21 millones de euros, principalmente para adquisición de armas y para financiar operaciones de injerencia militar en el exterior y para financiar la guerra de Ucrania, y el Ministerio de Economía), y del círculo industrial (principalmente Industria que financiará a la industria militar con créditos a interés cero para fabricar las armas encargadas por Defensa y que alcanza a pagar casi 3.200 millones de euros a la industria militar, y Transporte, que va a soltar a Defensa 882,36 millones de euros para «comprarle» los terrenos que gestiona el INVIED), seguidos del propio Ministerio de Defensa, que siempre consigue rebañar algo (esta vez 417,45 millones más), y del resto de ministerios concernidos.
Pero si la cifra es escandalosa, los conceptos por los que se paga a lo militar este dineral no lo son menos, como se demuestra en el cuadro en el que se detallan las partidas aprobadas en los distintos Consejos de Ministros, desde el celebrado el 17 de enero, hasta el del 29 de mayo y que puede consultarse pinchando aquí.
Esta costumbre de aprobar gasto militar no contemplado en los presupuestos en los sucesivos Consejos de Ministros no es nueva. El gobierno PSOE-UP lo viene practicando desde que empezaron a calentar los sillones ministeriales y ya era costumbre anterior ampliamente desarrollada tanto por el PSOE como por el PP cuando gobernaron; tanto que el propio Tribunal de Cuentas y hasta el Tribunal Supremo les tenía afeadas tan malas artes al PP-SOE.
Ahora que el gobierno cesa, nos preguntamos si durante el tiempo que resta (menos de dos meses) hasta las nuevas elecciones los Consejos de Ministros refrenarán su vocación militarista o seguirán inyectando pasta como si no hubiera un mañana a los señores de la guerra. Yo mucho me malicio que más bien lo segundo, para no perder comba.
¿Y los que vengan después?
Pues a la vista de lo sucedido hasta la fecha, mucho nos tememos que más de lo mismo, porque en definitiva todos estos partidos que nos han tocado en castigo de nuestros pecados son el mismo en materia militar y no se diferencian en su militante militarismo. Y si no, al tiempo.
Juan Carlos Rois.
tortuga