La irrupción en su día de Podemos, C´s y hasta Vox movió el tablero del bipartito reinante PP/PSOE. Lo movió pero ni de lejos lo cambió. Al poco de suceder, ya otras organizaciones acudieron raudas al rescate institucional del PSOE (Unidas Podemos, ERC, Bildu) o del PP (C´s y Vox). Lo hacen, dicen, para apoyar la legalidad vigente. (¿?)
El bipartito, esto es, una pata socialdemócrata y otra neoliberal (por utilizar terminología antigua) siguieron existiendo pero con más invitados. Y ahí seguimos, el yolandismo recaudando votos para entregarlos a su hermano mayor (más de un vez hemos dicho que el PSOE se presenta a las elecciones del 23J con dos papeletas, la propia y la de Sumar), y en la otra derecha lo mismo (estos días estamos viendo la alianza PP/Vox allí donde pueden sumar concejales o parlamentarios para gobernar). Nada nuevo.
Para apoyar esta realidad se viene un debate, de esos que la prensa del régimen no se cansa de hablar buscando audiencias para el sistema, entre Sánchez y Feijóo. Solo dos, los capitanes del bipartidismo. Es seguro que los temas importantes no se tocarán porque el acuerdo es absoluto: defensa de la monarquía, de la UE, de la OTAN, de los privilegios de la Iglesia Católica, de oponerse a la autodeterminación de los pueblos, de comulgar con la llamada economía de mercado, de no romper relaciones con el genocida gobierno de Israel, de apoyar al gobierno nazi de Ucrania, de compromiso con el aparato represivo, de no tocar el IBEX 35, de no querer saber nada de presos políticos o exiliados, de no combatir al fascismo fuera de las instituciones, y de tantos temas donde la coincidencia lo es por el apoyo al régimen que hacen tanto el PP como el PSOE en cada minuto.
La trampa está preparada por ambos. Se trata de que caiga la menos gente posible.