El 4 de febrero, junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, Donald Trump expresó: Estados Unidos tomará el control de la Franja de Gaza… Lo veo como una posición de propiedad a largo plazo”. Y subrayó con su característica soberbia que “la arrasarán; 1,8 millones deben irse”. Como recordarán, en referencia a la Franja de Gaza, Trump habló en ese momento de transformarla en “Riviera del Medio Oriente”.
Pues bien, ayer, miércoles, el inquilino de la Casa Blanca dijo a los periodistas antes de su reunión con el primer ministro irlandés, Micheál Martin: “No estamos expulsando a nadie de la Franja de Gaza”.
Tras el notable rechazo internacional, el presidente de Estados Unidos parece haber reculado ante su plan de limpieza étnica, al afirmar que “nadie será expulsado de la Franja de Gaza”.
El portavoz del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (Hamás), Hazem Qasem, celebró lo que parece un retroceso del presidente estadounidense en su postura sobre la reubicación de los habitantes de Gaza.