El oro, refugio por antonomasia en tiempos de incertidumbre económica, está viviendo otro fuerte crecimiento tras conocerse los datos de empleo de EEUU, peores de lo previsto y que parece anticipar un recorte de tipos de la Reserva Federal en septiembre. Con las bolsas bajando en el arranque de este mes de agosto, la inversión en acciones huye hacia destinos más «seguros», lo que, entre otras cosas, ha hecho que el oro se revalorice un 1,5% alcanzando de nuevo los 3.400 dólares. Al respecto, obsérvese la evolución del oro en los últimos dos años.
Los parqués estadounidenses han cerrado con fuertes pérdidas este viernes en una jornada marcada por el nuevo plan proteccionista de Trump, el cual se prevé que comience el próximo 7 de agosto, así como por los débiles datos de empleo de julio. Efectivamente, la creación de empleo fue mucho menor de la esperada, lo cual ha extendido la inquietud por la debilidad de la economía norteamericana, presionando los índices a la baja. Se habla de que han “desaparecido” 250.000 puestos de trabajo.
Ante esta situación, Trump ha decidido despedir a la responsable de elaborar dicha encuesta laboral, lo cual ha afianzado la preocupación del mercado. Por su parte, la rentabilidad de la deuda norteamericana también ha descendido con fuerza ante la preocupación por el estado del mercado laboral.
En realidad, la subida actual del metal precioso no tiene nada de sorprendente, si se ve la tendencia seguida desde la década de los 70 cuando se “liberó” al dólar de su anclaje con el patrón-oro.


