Este martes, en la Casa Blanca, Kirby fue preguntado si “disparando un misil contra trabajadores humanitarios y matándolos ¿no es una violación del derecho internacional?”. Kirby insistió en que “tu pregunta supone que fue un ataque deliberado…… no hay pruebas de eso”. Esto a pesar del hecho, como señalaron varios expertos en derechos humanos, que los vehículos tenían pintado grandes logos de WCK en sus techos y que estaban a dos kilómetros uno del otro cuando se dispararon los misiles y que recibieron múltiples municiones.
Pero el vocero para asuntos de seguridad nacional de la Casa Blanca no se detuvo ahí. Afirmó que “continuamos observando incidentes cuando ocurren, el Departamento de Estado tiene un proceso implementado, y hasta la fecha… no han encontrado ningún incidentes donde los israelíes hayan violado la ley humanitaria internacional”.
En esa ronda con la prensa, otro incrédulo reportero preguntó entonces si Estados Unidos ha concluido que los israelíes “nunca han violado, jamás, la ley humanitaria internacional en los últimos 5 o 6 meses”. Kirby respondió que el Departamento de Estado “observa estos temas en tiempo real, no han encontrado ningún incidente donde hayan violado la ley internacional”.
Pero como comentó Trita Parsi, vicepresidente ejecutivo del Quincy Institute en Washington, Estados Unidos proporcinó las armas que mataron a los trabajadores humanitarios junto con más de otras 30 mil personas en Gaza. Y como reportó el Washington Post el viernes pasado, mientras el gobierno de Biden públicamente expresaba preocupación por el creciente saldo de muertes en Gaza y la posibilidad de una nueva ofensiva israelí junto con estas muertes recientes, el Pentágono ya aprobó esta última semana el traslado de mil 800 bombas de 2 mil libras, 500 bombas de 500 libras y el posible traslado de los aviones caza. Esas bombas de 2 mil libras han causado “eventos de bajas masivas”, como reporta el Post, a lo largo de la ofensiva de Israel en Gaza.
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