Durante semanas sus terminales mediáticas anunciaron que el día 10 de enero asumiría como «presidente» en Caracas. Este nuevo Guaidó y su cohorte vio una muy menguada movilización de su correligionaria Corina Machado y le dijeron que «quieto parao», que no había nada que hacer. Que la farsa no se podía consumar. Así que, ni corto ni perezoso hizo una antológica declaración para encumbrarlo como rey absoluto del ridículo. Observen:
«Como comandante en jefe, ordeno al alto mando militar desconocer órdenes ilegales, que le sean dadas por quienes confiscan el poder, y preparen mis condiciones de seguridad para asumir el cargo de presidente de la República». «A los cuerpos militares y policiales les ordeno el cese de la represión», añadió.
Este es realmente Edmundo González Urrutia, el candidato pro yanqui derrotado en Venezuela