El nacimiento de Sumar como organización para ocupar el espacio ideológico de Podemos, se amparó desde su nacimiento en las encuestas, que daban a Yolanda Díaz, a la sazón ministra de Trabajo y vicepresidenta del gobierno, unos resultados de conocimiento y simpatía que provocaron que el propio Pablo Iglesias la postulara como sucesor. Hace de eso apenas dos años y parece ya la prehistoria. El apoyo del PSOE y su líder a Yolanda Díaz para que rebañara todos los votos posibles a los que Ferraz no llegaba, y poder así construir lo que ellos y su prensa llaman «gobierno de progreso», no se hizo esperar.
El apoyo de las terminales mediáticas ligadas al PSOE, sus opinólogos y demás aparatos publicitarios se volcaron con Yolanda, y a esa realidad se sumaron organizaciones que tuvieron pánico de quedar fuera de foco (y de cargos institucionales). Pero el idilio duró poco. Nació el yolandismo, el culto a la personalidad de la ministra que hizo que el equipo de Pablo Iglesias con su Podemos siguiera por cuenta propia. Lo cierto es que el mensaje de Díaz era/es tan pero tan socialdemócrata, tan afín a Sánchez, que se funden hasta no verse las diferencias. Y en estos casos el hermano mayor, el original, gana y se acaba devorando a su aliado.
La conclusión, al día de hoy, es que Sumar no suma y la crisis que provoca la merma de caudal (no solo electoral) pone más que en duda el proyecto táctico de atraer votos de izquierdas para entregárselos al PSOE. El círculo más cercano a Yolanda observa que con la caída en popularidad de su lideresa, todo se viene abajo. Más de uno/a debe estar pensando que habrá que tocar el timbre de la sede del PSOE para quedarse dentro.
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Esta semana anunciaron su dimisión las responsables de Sumar en Sevilla y Málaga, María Márquez y Diana Farzaneh, que también son miembros de la dirección de Sumar y que dejan sus cargos menos de un mes después de ser elegidas en la Asamblea de marzo, donde concurrieron en las listas de Díaz, según informa epe.es.
En un mensaje interno, las dirigentes trasladaban su decisión a los órganos, apuntando a una falta de claridad en el rumbo marcado por el partido de Díaz, que no se asentará en los territorios hasta el próximo otoño, cuando celebre su Asamblea constituyente. «Somos conscientes de las dificultades que está entrañando levantar este proyecto», comenzaba el mensaje.
«Durante los últimos meses, hemos procurado seguir los pasos y las directrices marcadas y hemos dado lo máximo de nosotras mismas. Sin embargo, no terminamos de ver clara la ruta marcada a medio y largo plazo», señalaban las exrresponsables andaluzas de Sumar. «La situación, sobre todo en Andalucía, y especialmente en Málaga y en Sevilla, está siendo muy erosiva, en lo político y en lo personal, y en estas condiciones nos resulta imposible seguir implicadas en este proyecto y a este nivel. Seguiremos como militantes más, aportando a otra escala», concluían.