Enésimo episodio de maltrato capitalista escenificado, en este caso concreto, en torno a la Vivienda. Ni la ley aprobada en abril de 2023, con sumo alborozo por parte de sus socialdemócratas defensores, ni la moratoria prolongada han servido para detener los desahucios.
El precio de los alquileres continúa en imparable ascenso, y los desahucios sin alternativa habitacional, lejos de cesar, sigue siendo la pesadilla de las capas más empobrecidas de la clase trabajadora, del proletariado. Hoy traemos a este diario otro caso que, lamentablemente, confirma lo expresado. Lo ha denunciado el Kontseilu Sozialista de Oarsoaldea a través del Sindicato Socialista de Vivienda. Lo han hecho con la lectura de un comunicado durante una comparecencia pública.
Se trata de un caso que afecta directamente a vecinos (12 familias) del bloque de Escalerillas de Trintxerpe, calle Herrera, portales 11 y 10. La autoridad portuaria de Pasaia y Eusko Trenbide Sarea quieren demoler dicho bloque, que es la casa de los vecinos desde hace 60 años. Se debe subrayar que estos no han recibido alternativa habitacional alguna.
Los parientes de los actuales habitantes del bloque fueron trabajadores del puerto, que es el propietario de las viviendas. Sin embargo, siempre se desentendieron de ellas a la hora del mantenimiento de las mismas. Además, el propietario siempre les dijo a los vecinos que les venderían las viviendas para que obtuvieran la propiedad.
Pero, hace unos años, los habitantes del bloque tuvieron conocimiento de que existía un plan general de “Rehabilitación” por parte de la empresa portuaria. Al mismo tiempo, Euskal Trenbide Sarea ha puesto en marcha un proyecto de casi 7 millones de euros para hacer llegar las vías hasta el puerto. Esto implica la demolición del bloque de viviendas. Los afectados denuncian que siempre han convivido con rumores, pues de la empresa del puerto nunca tuvieron noticias al respecto.
Según han explicado, sólo hace unas semanas el Puerto se ha puesto en contacto con los vecinos. Les da cuatro meses para abandonar las viviendas. A algunos les han ofrecido míseras indemnizaciones, pero a la mayoría les mandan directamente a la calle.
Mientras las instituciones (burguesas) cierran los ojos para no ver lo que sucede, algunas empresas se beneficiarán del caso, es decir, de la desgracia ajena.
Los vecinos piden la detención de los desahucios, y anuncian que seguirán luchando para intentar pararlos.
Esta es la lectura del comunicado:
- En castellano:
En euskera: