La oposición venezolana actualmente cuenta con 9 candidatos opositores para las elecciones presidenciales del 28 de Julio de este 2024, algunos más conocidos que otros y con su respectivo reconocimiento en la comunidad civil venezolana, ya sea por sus anteriores candidaturas en las presidenciales (Claudio Fermin, Benjamín Rausseo, y Javier Bertucci) y otros conocidos más allá de su región de gobierno como Daniel Ceballos por su participación y apoyo a las güarimbas (protestas violentas), otros por sus denuncias (José Brito) de corrupción dentro la oposición más radical y otros con más trayectoria política como (Luis Eduardo Martinez) y otros no tan conocidos (Enrique Marquez y Antonio Ecarri Angola) entre la población venezolana, y el candidato estrella Edmundo Gonzalez.
Una cosa es el análisis real mediante la colecta de información verídica o medianamente creíble y el trabajo de inteligencia, y otra la narrativa de lo que se dice públicamente desde el estado de cierto País del norte y sus países «aliados».
Hace ya algunos meses atrás se dio a conocer brevemente en un informe de la comunidad de inteligencia de EEUU, que el actual presidente de Venezuela Nicolás Maduro Moros resultaría reelecto por factores muy reales como que la oposición está muy dividida (varias semanas después sigue desunida) o que la oposición tiene poca influencia real en la población. Las elecciones presidenciales en Venezuela están previstas para el 28 de julio.
Mas no obstante desde EEUU se mantiene la retórica de que Venezuela es un país en dictadura, y en la «Comunidad internacional» de EEUU y sus países lacayos se habla de una «transición pacífica del poder» dando a entender de que es inevitable que el presidente y su partido pierdan las elecciones presidenciales en las futuras elecciones donde el candidato que representa los intereses de EEUU (Edmundo Gonzalez Urrutia por ser el títere de María Corina Machado quien es la persona que EEUU desearía colocar a dedo en la presidencia de Venezuela) saldría vencedor, aun siendo un completo desconocido para la mayoría de la población venezolana que lo viene conociendo recientemente, ya que no ha sido tan visible en la política interior del país latinoamericano.
Podríamos sentarnos a pensar en esta narrativa y en el mensaje que busca implantarnos a todos quienes hemos leído o escuchado dicha narrativa, y cual sería la intención de hacernos creer que este personaje desconocido podría resultar el vencedor de la contienda electoral.
Obviamente la intención de esta narrativa que han adoptado inclusive los demás candidatos, quienes naturalmente tienen la esperanza de resultar electos y ser los vencedores, pero, resulta poco creíble de que alberguen una esperanza de realmente resultar electos sin que exista unidad y alianza política entre los demás candidatos opositores (como si lo hicieron Acción Democrática y Copei con el candidato Luis Eduardo Martínez) por eso esa narrativa publica de la «comunidad internacional» se convierte en una estrategia mediática para quitarle visibilidad los demás candidatos opositores; quienes en realidad son más conocidos que Edmundo.
Entre estos opositores hemos visto posturas democráticas y otras no tanto ya que se niegan a negociar entre ellos mismos, algunos reconocen la necesidad de trabajar por el país y son conscientes de que si llegan a ganar estarán en un estado con la misma estructura actual, que además tendrán la mayoría parlamentaria de los partidos chavistas en la asamblea, o la alcaldías y gobernaciones, y de que deberán convivir con esa oposición, pero también reconocen que en el caso de perder lo más consciente es trabajar por sacar al país adelante.
Pero también hemos visto triunfalismo del lado de Edmundo González Urrutia, o más bien de María Corina Machado quien es la titiritera detrás de Edmundo, y es ella quien asume esa narrativa triunfalista de hablar de una transición política del poder, aun cuando ella no puede ejercer ningún cargo público, y se refiere a ella misma como presidente.
Entre esos políticos brevemente mencionados antes podríamos enumerar algunos que pudieran cantar fraude electoral de no resultar ganadores de las elecciones y ser electo Nicolás Maduro:
1) Antonio Ecarri, ya ha declaro fraude anteriormente en unas elecciones en las que resultó perdedor (ha acumulado más derrotas que victorias realmente).
2) Javier Bertucci quien aunque reconoció la derrota en 2018 frente a Nicolás Maduro también hizo algunos comentarios sobre los puntos rojos y hablo de chantaje, y hay que considerar ciertos factores que parecen irrelevantes en una elección presidencial como lo es la religión: este candidato es Cristiano Evangélico, por lo que tiene algún tipo de simpatía por el pensamiento evangélico estadounidense y también por Israel, ya que no es secreto para nadie que el movimiento evangélico apoya al estado sionista de Israel. Y a su vez el gobierno de Venezuela adversa a esos dos países por sus políticas imperiales, por lo que este candidato podría resultar ser útil a factores extranjeros al cantar fraude.
3) Edmundo González, líder de la oposición más radical, es considerado como el favorito según las encuestas, con una diferencia abismal e increíble a pesar de ser un completo desconocido. Debido a esta narrativa triunfalista, podría ser probable que sea el primer candidato en alegar fraude en caso de perder las elecciones, incluso si el ganador fuese otro opositor.
Ahora este análisis no podría estar medianamente completo sin considerar que esa narrativa de la que venimos hablando tiene un apoyo más fuerte fuera de Venezuela que dentro, y esto es algo que siempre ha sido preocupante porque siempre se ha pretendido imponer la agenda política, electoral, comercial y social desde fuera del país.
Tenemos que preguntarnos cómo reaccionará el ‘occidente colectivo’ en el probable caso de que Nicolás Maduro Moros resulte ganador y sea reelecto como presidente de Venezuela. Considerando que Estados Unidos lidera el occidente, nos enfocaremos en analizar su posible respuesta. Para realizar un análisis completo, es necesario considerar numerosos factores, aunque mencionaremos algunos para no extendernos demasiado.
El petróleo venezolano es un factor importante, y EEUU debió flexibilizar sus propias sanciones, para asegurar un poco sus precios internos del combustible debido al conflicto ucraniano, y el calentamiento del conflicto Israelí al sumarse Yemen al conflicto y hacerle boicot a Israel a imponer cierta restricción al comercio que cruza el golfo más que ya se acercan sus elecciones una de las más controvertidas de EEUU. Sin embargo, EEUU se hizo con el control de CITGO (es una empresa que comprende un grupo de refinadoras de petróleo y comercializadora de gasolina, lubricantes y petroquímicos venezolana ubicada en los Estados Unidos) mediante sus títeres políticos de la oposición venezolana, y están refinando petróleo que le compran a Guyana compatible con la tecnología de procesamiento de CITGO por ser prácticamente el mismo petróleo.
La migración que fue una de las herramientas usada para crear desestabilización en Venezuela se les revirtió directamente al ser usada por la oposición estadounidense contra el gobierno de Joe Biden, y acusarlo de estar nacionalizando migrantes para ganar votos por agradecimiento; demás de la mala imagen mediática que les crea ante los medios estadounidenses al Donald Trump decir que son terroristas, y que Biden lo ha permitido.
Los venezolanos de oposición que migraron, y están en países que han tenido una política hostil contra el estado y pueblo venezolano, ahora representan un déficit en los resultados electorales de la oposición, ya que muchos están en países que no tienen embajada o consulado venezolano, por lo que no podrán ejercer su derecho al voto.
Venezuela desde la llegada de Hugo Chávez es considerada una amenaza para la hegemonía de EEUU en la región, ya que Hugo Chávez tenía un magnetismo natural que atraía a otras naciones a la causa Bolivariana antiimperialista y de unidad latinoamericana en busca de un bien común para los pueblos y fortalecimiento de las soberanías, por eso en todo momento han existido conspiraciones y tramas para acabar con la revolución, y continuo con Nicolás Maduro.
De vez en cuando el Fiscal General de Venezuela Tarek William Saab desvela alguna que otra conspiración para derrocar el gobierno de las maneras más viles, es decir con el magnicidio. Históricamente en los últimos tiempos EEUU ha tildado a Venezuela de ser antidemocrática, y ha optado por no reconocer las elecciones de Venezuela y hasta llegaron al absurdo de reconocer a un sujeto que nadie conocía como Presidente encargado de la Republica mientras sus planes de desestabilización cobraban fruto.
Ahora… hay algo que hay que destacar entre todo esto: María Corina quien no pudo ser candidata nombró a dedo a Edmundo González como candidato presidencial usando tarjetas ajenas, y antes había nombrado a otra señora mayor que de igual manera era una completa desconocida en el país. En el ámbito político chavista y opositor se maneja la hipótesis de que el plan de María Corina no es electoral, sino que lo que busca realmente es gritar fraude ese día de las elecciones, y ya se puede ver hablar a su círculo cercano hablar de que el gobierno está preparando un «mega fraude» y así calentar las calles de nuevo con una rebelión violenta nuevamente de sus militantes y así ella volver a pedir una intervención militar extranjera que le permita asumir la presidencia o a su candidato títere.
Entonces para resumir María Corina gritará fraude y pedirá el apoyo internacional de EEUU y sus aliados… Pero como la sociedad venezolana no se limita a dar por sentado todo cuando esta señora desea, el día de las elecciones podríamos ver resultados vario pintos ya que hay candidatos como Javier Bertucci que obtuvo más de 900.000 votos en las presidenciales de 2018, y gran parte de la población cristiana evangélica venezolana simpatiza con él por lo que tal vez podría obtener quizás más de un millón de votos. Además, hay 7 candidatos más con su militancia, y cada uno obtendrá su cantidad de votantes lo que les garantizaría sus aspiraciones futuras a ir a otras elecciones por diversos cargos de diputado o gobernador según la cantidad de votos en cada región.
Estos otros políticos y su militancia no declararían fraude y junto al PSUV y los demás partidos del Gran Polo Patriótico servirían de contrapeso para contener el estallido, eso y que la gente tiene memoria de lo que fue, lo que significó, y las consecuencias de las güarimbas en la vida social y económica del venezolano.
Ciertas estructuras de poder que existían en 2018, como lo fue el grupo de Lima hoy ya no existen, y no representan una amenaza para Venezuela que ya no está tan aislada y rodeada por gobiernos hostiles
Entonces para concluir podríamos decir que: en caso de resultar reelecto Nicolás Maduro como Presidente de Venezuela no cambiara mucho de esa narrativa, ellos dirán lo mismo que dicen cada vez, «dictadura, fraude, régimen» quizás impongan más sanciones buscando ese quiebre que no ha conseguido, y sus países lacayos harán lo mismo, no reconocerán las elecciones, pero Venezuela desde el 2018 ha ido consiguiendo hacerse con más relaciones y alianzas y aunado a esto naturalmente han cambiado los gobiernos de diversos Estados y eso es una oportunidad de estabilidad para la economía venezolana, por ser países aliados.
- Escrito por la redacción de telegram canal Antiescuálidos (https://t.me/antiescualidos)