La retórica del ultimátum de la CEDEAO, la repentina aparición de Nigeria en primer plano, la naturaleza de las sanciones contra los golpistas, el recorte de las misiones y embajadas occidentales, todo ello habla en favor del escenario militar casi inevitable de intento de restaurar en el poder del derrocado presidente prooccidental Mohamed Bazoum en Níger.
El golpe en Níger crea una banda de países gobernados por militares que se extiende desde el Océano Atlántico hasta el Mar Rojo, la mayoría de los cuales están estrechamente vinculados a Rusia. Otra razón por la que la coalición occidental y sus apoderados en la región recurrirán a la intervención armada.
La coalición que prepara una intervención militar contra el golpe de Estado de Níger se encuentra prácticamente completada. Todos los países de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (en adelante, CEDEAO) han apoyado la resolución común de ultimátum y están movilizado a sus efectivos militares para la operación aliada. Podemos destacar Nigeria, Costa de Marfil, Senegal, Ghana y Benín entre los más significativos en términos de contribución militar a la próxima operación.
Las juntas militares de Malí y Burkina Faso, instauradas tras golpes de Estado similares al de Níger, emitieron una declaración conjunta sobre la situación en Níger, en la que advertían a la CEDEAO contra una invasión y afirmaban que un ataque a Níger significaría un ataque a Mali y Burkina Faso. Guinea se ha limitado a no apoyar las sanciones económicas impuestas.
Ha habido formalmente una unidad general mostrada por los estados miembros de la CEDEAO, pero podemos observar claramente como Nigeria ha tomado la delantera para sorpresa de los observadores externos.
Nota: Pensaba inicialmente que un posible, aunque improbable, escenario de guerra consistiría en una invasión militar por parte de Francia, conjuntamente con sus aliados de la CEDEAO. La invasión tendría lugar a través de la frontera con Chad. Níger está rodeado al norte y al oeste por Argelia, Malí y Burkina Faso, cuyas autoridades son abiertamente hostiles a París.
Nigeria es un país que nunca se ha metido en los asuntos del mundo francófono. La perspectiva de una operación internacional de mantenimiento de la paz, a la que teóricamente podría unirse Abuya, también era esquiva porque no existen bases claras para una misión de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas.
Chad es un país centroafricano que ha sido siempre la piedra angular del componente militar del sistema francafricano, desde la invasión militar de Libia, la lucha contra el yihadismo en el Sahel, hasta el control de toda la macrorregión. Francia solamente dispone de la infraestructura militar necesaria en básicamente dos lugares del norte, oeste y centro de África: Costa de Marfil y Chad. Este último cuenta con una base militar y un aeródromo en la capital (Yamena-2), donde está estacionado permanentemente un contingente militar, así como un puesto avanzado en Faya-Largeau (norte) y una base aérea en Abéché (este).
Continúa una asociación militar operativa entre Chad y Francia. Hay que añadir que la asunción del poder por la junta militar tras la muerte de Idriss Déby también contó con el apoyo de la parte francesa. Tras la cancelación de la misión de Barkhane en Mali, parte de las Fuerzas Armadas francesas se desplegaron en Chad. Es difícil hablar del número exacto de militares franceses en Chad en este momento, pero es probable que sean al menos 2.000 soldados, lo que es suficiente para una intervención militar para capturar y mantener Niamey.
Lo que está sucediendo actualmente no entraba en mis pronósticos personales tras llegarme la noticia del éxito del golpe de Estado en Níger. Nos encontramos con que los militares nigerianos son los responsables de formular el plan general de ataque, combinando medios terrestres y aéreos. Las Fuerzas Armadas de Nigeria se encuentran actualmente desplegadas en la frontera con Níger, y su contingente es el más numeroso.
Este hecho indica que Estados Unidos está detrás de la decisión de la escalada. De lo contrario, Costa de Marfil, por ejemplo, habría ocupado la posición principal. Y no es ni mucho menos seguro que los franceses hubieran decidido por su propia cuenta tomar la vía armada para resolver el problema.
Porque hay bastantes señales de alarma para París. En primer lugar, la crítica situación actual y el intento de resolverla radicalmente ponen en entredicho todo el sistema françafrique. El principio internacional de no injerencia en asuntos internos de otros Estados cobra un papel todavía más importante en el continente africano debido a su pasado colonial. Es fundamentalmente una cuestión política y de reputación. Es fatídico para Francia y sus ambiciones geopolíticas, vigentes desde la época de De Gaulle.
En segundo lugar, sorprendentemente los países francófonos en los que Francia se ha apoyado tradicionalmente en la región del Sahel rechazaron tanto la participación armada en la represión de la rebelión como el régimen de sanciones contra las nuevas autoridades de Níger, a pesar de su invitación activa a participar en las reuniones de Abuya. Estamos hablando de Mauritania y, el mencionado anteriormente, Chad.
Este último reviste especial importancia por ser el país que más potencia aporta al sistema françafrique. Tradicionalmente, Yamena ha sido leal a París. Pero con la muerte de Idriss Déby, estos tiempos parecen cosa del pasado. Mahamat Déby Itno, hijo del dictador, limitó su participación al mantenimiento de la paz, realizando una visita a Niamey. Por su parte, el presidente mauritano, Mohamed Ould Ghazouani, se limitó a condenar el golpe de Estado del general Abdourahamane Chiani.
El importante papel de Estados Unidos.
Para los estadounidenses, el motivo principal para apoyar una intervención armada es sabotear la realización de los proyectos de grandes infraestructuras, tanto a favor de europeos como chinos, y lo que es importante: impedir el fortalecimiento de Rusia a través del Grupo Wagner. Si la cuestión no se resuelve con la ayuda de los franceses, quedan otras herramientas en la región como los mismos yihadistas o el Proyecto Tuareg.
Por un lado, desde la época de Donald Trump, Estados Unidos ha ido minimizando su presencia en África en todos los frentes, reduciendo su estrategia exclusivamente a contrarrestar a China en sus áreas clave. En particular, la minería de metales de tierras raras. Por otro lado, Estados Unidos se apoya cada vez más en sus aliados en el continente negro, tanto de entre la vieja coalición occidental (Reino Unido, Francia) como nuevos actores (Israel, Corea del Sur).
Son varias las razones por las que Estados Unidos no puede permitir que Níger salga de la órbita françafrique. Aunque como sabemos, los mismos estadounidenses han contrarrestado con éxito la influencia francesa en África en numerosas ocasiones (el trabajo descarado contra los franceses en Chad es solamente un ejemplo de muchos). Las razones son las siguientes:
- Las bases militares estadounidenses en territorio nigerino. Hablamos de al menos dos bases de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) con aeródromos y material pesado.
- Estados Unidos no quiere permitir bajo ningún concepto la construcción del gasoducto Nigeria-Argelia. Desde el punto de vista de los intereses estadounidenses, Europa debe consumir principalmente gas natural licuado (GNL) estadounidense. Solamente tenemos que recordar hasta donde se ha llegado para terminar con los gasoductos Nord Stream e impedir la cooperación Alemania (Unión Europea)-Rusia.
Níger en el contexto del conflicto Marruecos-Argelia.
Argelia y Marruecos mantienen desde hace décadas una relación compleja debido al conflicto del Sáhara Occidental, sobre el que ambos países vecinos mantienen posturas enfrentadas. En 2021, Argelia rompió las relaciones diplomáticas con el Reino y cortó el suministro de gas a través del gasoducto Magreb-Europa que atraviesa Marruecos.
Desde entonces, las autoridades marroquíes se han preocupado por encontrar nuevos proveedores de gas barato, dados los muy modestos yacimientos de gas del propio Reino. Empezaron a tomar medidas activas para preparar un megaproyecto de construcción de un gasoducto submarino España-África, con una longitud total de más de 5600 kilómetros, destinado a suministrar gas nigeriano a España y a 13 países de África Occidental. Entre 2021 y 2023, las autoridades marroquíes y nigerianas firmaron memorandos de entendimiento con operadores petrolíferos de 10 de los 13 países de África Occidental.
Paralelamente, Argelia ha lanzado su propio proyecto con Nigeria: el gasoducto Transahariano. A diferencia del proyecto marroquí, es más corto (4.000 kilómetros) y transita por un solo país: Níger. De hecho, este proyecto solamente requiere un permiso de tránsito de las autoridades nigerinas y la seguridad de la infraestructura de la instalación, que es sumamente importante en la región del Sahel, muy inestable por la presencia de grupos insurgentes armados.
Nigeria está interesada en vender su gas a Europa a través del gasoducto, Argelia está interesada en adquirir una palanca de presión sobre la Unión Europea en forma de tránsito de gas nigeriano además de su propio gas. Sólo quedaba Níger. Las negociaciones sobre el proyecto llevaban décadas. Obviamente, las partes no se ponían de acuerdo. De repente, hay un intento de golpe militar en Níger. Basándose en la economía y el equilibrio de poder, Argelia y sus aliados intentarán apoyar a quienes acepten construir un gasoducto a través del territorio de Níger.
La posible consolidación de la presencia rusa en África.
Rusia también se está jugando una carta interesante. Si la junta militar nigerina se mantiene en el poder con ayuda internacional proporcionada principalmente por Rusia, será posible planificar la construcción de un gasoducto cuyas tuberías serán suministradas por empresas rusas. A su vez, Argelia dejará que Gazprom coinvierta en grandes proyectos de gas y Wagner Group garantizará la seguridad del tránsito de gas a través del territorio de Níger.
Ni siquiera hablemos de que las empresas rusas podrán reclamar concesiones para la extracción de uranio y oro.
Todos los éxitos rusos, hasta ahora bastante localizados en África, cobrarán un segundo aire y formarán una única estrategia de éxito. La consolidación en el Sahel, en un contexto de guerra contra Occidente en Ucrania, permitirá a Rusia influir indirectamente sobre la Unión Europea, disminuyendo la influencia francesa y europea en general.
A todo eso, el periodista de France 24 Sahel, Wassim Nasr, informa que una delegación de las nuevas autoridades nigerinas llegó a la capital de Malí. Está encabezada por el general Salifou Modi, uno de los oficiales implicados en el golpe de Estado y que se considera el primer adjunto del jefe militar Abdurahmane Chiani. Níger ha solicitado a través de Malí el pronto despliegue del Grupo Wagner en Niamey.
Conclusiones finales.
Incluso si la operación relámpago de las fuerzas aliadas de la CEDEAO se ajusta a lo planificado y termina teniendo éxito, algo que personalmente dudo bastante, los franceses estarán en deuda con los estadounidenses y perderán su condición de actores independientes en África Occidental y Central. En caso de fracaso, y de cualquier opción intermedia, los principales riesgos y consecuencias negativas serán derivadas a Francia, y a la comunidad europea. España se verá afectada gravemente por su proximidad a la región.
Lo más probable es la prolongación del conflicto y su expansión a toda la región. Los Estados Unidos no tienen mucho que perder, mientras que la Unión Europea saldrá perjudicada en cualquier escenario.
Tampoco debemos olvidar otros actores que también tienen cierta presencia en la región, entre los que destacaría China, Turquía, Israel e Irán. Este último ha comenzando a tener contactos indirectos con las nuevas autoridades nigerinas.