Un 3 de octubre 1993, en Moscú, miles de rusos salieron a las calles a pedir la vuelta de la URSS y enfrentar el golpe de estado de Yeltsin, el títere de EEUU que vendió el país a precio de saldo.
Estas imágenes del pueblo ruso con banderas rojas pidiendo el socialismo de vuelta, tras sufrir la miseria del capitalismo, no te lo enseñará la «prensa libre».
Todo comenzó un 21 de septiembre de 1993, cuando el títere Borís Yeltsin decretó la disolución del Congreso de los Diputados y el Sóviet Supremo de Rusia, obstáculos para afianzarse en el poder y vender el país al mejor postor.
A este golpe de estado de Yeltsin, los trabajadores rusos respondieron saliendo a las calles a enfrentarlo y a derribar el gobierno criminal títere de EEUU.
El Congreso de los Diputados de Rusia rechazó el golpe de estado de Yeltsin y siguió pidiendo su destitución, pero el golpista Yeltsin se negó a dejar el poder.
Los diputados que acordaron la destitución de Yeltsin, ante la disolución de los órganos políticos y su negativa a dejar el poder, se atrincheraron en el edificio del Soviet Supremo y llamaron a los trabajadores a derrocar a Yeltsin que quería tomar el poder para privatizar aún más a Rusia.
Se formaron milicias populares armadas para defender el Soviet Supremo y derribar el gobierno de Yeltsin, que toman las zonas cercanas al Kremlin.
El dictador Yeltsin, con el apoyo de EEUU, ordena la movilización del ejército ruso para reprimir toda protesta popular en las calles y poder consolidarse en el poder.
Los diputados se encerraron en el edificio de la Casa Blanca, el parlamento ruso, y se dispusieron a resistir el asedio del ejercito bajo control del golpista Yeltsin, que estaba legalmente destituido.
En las calles entonces se sucede una autentica matanza contra los trabajadores rusos, que defendían a los diputados que resistían en el Soviet Supremo, los militares mataron a tiros a más de 124 manifestantes e hirieron a otros 348, un baño de sangre promocionado por EEUU, que salivaba ante él.
En una de las imágenes más icónicas de finales del siglo XX, los mercenarios militares a ordenes de Yeltsin bombardearon hasta la Casa Blanca rusa, para que saliesen los diputados que resistían dentro el golpe.
Así es como se impuso el capitalismo en Rusia, a tiro limpio, para que luego digan que los comunistas son los violentos por decir que no es posible tomar el poder pacíficamente contra la oligarquía…
Los diputados que resistían en el Soviet Supremo pidieron ayuda a los militares que simpatizaban con su causa y con la restauración de la URSS, pero no hubo respuesta inmediata.
El edificio del Soviet Supremo fue destruido y muchos de sus ocupantes murieron en el ataque, para el 5 de octubre, Yeltsin había tomado el poder militarmente del país, con algunas fuentes dando una cifra de 2000 muertos, mucho mayores a los más de 100 que decía el gobierno inicialmente.
Finalmente los diputados que resistían en el Soviet Supremo fueron rescatados por los Spetsnaz, que simpatizaban con su causa, y fueron evacuados a embajadas extranjeras para su protección, acabando así con el intento de derrocar el gobierno de Yeltsin y las medidas ultracapitalistas que tomaría.
El golpe de estado de Yeltsin, significó la liquidación y la venta al mejor postor de la industria del país, que tanto esfuerzo se había construido en el socialismo:
- La población pobre de Rusia pasó de 2,2 millones en 1987 a 72 millones en 1995, en apenas 8 años.
- En 1992, los trabajadores rusos consumían un 40% menos que en 1991.
- 1/3 de toda la población de Rusia cayó en la pobreza y el desempleo, las cuotas más altas desde principio de siglo.
- El producto interior bruto de Rusia cayó un 40% con la privatización masivas de las medidas llevadas a cabo por Yeltsin.
- Los salarios de los trabajadores rusos se redujeron al 50%
- El 70% de la industria estatal soviética fue vendida al capital extranjero a precio de saldo.
- Para 1998, el 80% de las granjas rusas cayeron en quiebra y 70.000 fábricas estatales habían cerrado.
- La prostitución floreció y al menos 500.000 mujeres rusas fueron víctimas de trata de esclavas sexuales.
La miseria capitalista llevó al incremento de la drogadicción e incluso a que la prostitución infantil fuese uno de los mayores negocios para los pedófilos en la Rusia post-soviética.
Los propios niños rusos, muchos de ellos adictos al pegamento y otras drogas, para sobrevivir tenían que prostituirse en las calles de Moscú y eran abusados por los pedófilos.
Es solo un ejemplo de la barbarie que se vivió en Rusia con la disolución de la URSS, que algunos capitalistas todavía celebran, pero lo increíble es que haya trabajadores que lo hagan.
El golpe de estado de Moscú en 1993, es otra muestra más de que la burguesía capitalista no tiene ningún tipo de problema en tomar las armas si su saqueo y sus privilegios están en peligro.
Como decía Marx, el capitalismo nació chorreando sangre y solo se mantiene con la sangre de los trabajadores.
Honor a todos los comunistas rusos que enfrentaron en las calles el golpe de estado de Yeltsin, de EEUU y del capital aquel Octubre Rojo.
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