LA HABANA, TRIBUNA ANTIIMPERIALISTA JOSÉ MARTÍ
Más de cuatro millones de cubanos participaron, este 1ro. de Mayo, en las concentraciones en todo el país, con las que Cuba honró el Día Internacional de los Trabajadores, jornada que, en casi todo el planeta, suele estar marcada por enfrentamientos y luchas por derechos que aquí son una realidad hace más de medio siglo.
La presencia del General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana, en la Tribuna Antimperialista, sede del acto central por la jornada, en La Habana, fue inspiración adicional este 2024, cuando la nación libra una batalla en contra de distorsiones económicas que han tenido en él, y en el ejemplo insuperable del Comandante en Jefe Fidel Castro, los más exigentes defensores del papel del control popular y de la fuerza trabajadora frente a este tipo de correcciones vitales para la nación.
Entre los primeros en llegar también estuvo el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien junto a otros más de 200 000 capitalinos cumplió la tradición cubana de que, junto al pueblo, deben estar codo a codo los líderes del país.
El malecón de La Habana tuvo un oleaje de pueblo que escuchó las palabras del secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, Ulises Guilarte de Nacimiento, miembro del Buró Político del Partido, sobre cuyos hombros depositan su confianza no solo los integrantes de la organización en la Isla, sino miles de compañeros de la solidaridad por todo el mundo.
Es grande el desafío que tiene por delante el movimiento sindical cubano, frente a la ampliación de los actores económicos del país y la situación que atraviesa, pero su responsabilidad histórica frente al pueblo trabajador es prueba de que, por duros que sean los tiempos, siempre habrá una voluntad de resistencia y lucha que garantizará Revolución para largo rato.

LA CELEBRACIÓN HA SIDO EN TODA CUBA
En otro amanecer histórico para la nación cubana, este 1ro. de Mayo la Isla toda volvió a vibrar al calor de un pueblo enérgico que, a lo largo y ancho del país, desbordó avenidas, poblados y plazas, para celebrar el Día Internacional de los Trabajadores.
Allí, en cada multitud gigantesca y colorida, otra vez las voces proletarias de la Mayor de las Antillas se hicieron sentir para reafirmar la verdad de un país y la defensa de nuestra soberanía.
ENTUSIASMO Y CONVICCIÓN EN OCCIDENTE DE LA ISLA
Al amanecer de este miércoles, entre la masa compacta que en Pinar del Río se alistaba para el desfile, se distinguía la medalla dorada del Héroe del Trabajo de la República de Cuba, el doctor Aldo Sixto, quien comentó que ha pasado esta fecha en múltiples ocasiones en otros países, «pero ninguna se compara con lo que se vive en Cuba. Aquí este es un día de fiesta, la gente viene con mucho entusiasmo y dispuesta a participar activamente, y a mostrar su apoyo a la Revolución».
Así también lo afirmó Eduardo Calero, matancero Héroe del Trabajo, que a sus 85 años nada lo inspira más que participar en la fiesta del proletariado cubano, y ver a su pueblo, aun en condiciones difíciles, comprometido con la causa. «Está demostrado que unidos somos más fuertes», apuntó.
Expresiones similares se escucharon en las voces de los trabajadores de la Isla de la Juventud, donde, por ejemplo, la calle 41 volvió a convertirse en un mar de gente. En el municipio especial, este primer día del quinto mes del año fue uno de los más patrióticos, entusiastas y coloridos que se recuerden en el territorio, reseñó el periódico Victoria, en su versión digital.
En tanto, en Artemisa, miles de personas llegaron hasta plazas y parques para celebrar la fecha. En esa provincia, el Mausoleo a los Mártires de Artemisa fue sitio de reafirmación revolucionaria y testigo de un rotundo Sí por Cuba.
Con el mismo entusiasmo, los habitantes de Mayabeque irradiaron alegría y compromiso; y junto a la clase obrera, la juventud se encargó de demostrar que el futuro de la Patria está asegurado.
CONTUNDENTE RESPUESTA EN EL CENTRO Y EL ORIENTE
En el centro del país las nuevas generaciones aportaron el colorido que, sin ellas, no tendría la jornada.
Con razón ahí estaba David Sayen Moya, pionero del seminternado 13 de Marzo, en Villa Clara, con «la boina del Che» encasquetada desde la madrugada, para asistir a su primer desfile, y con deseos de abrazar a Ramiro Valdés: «ese hombre valiente», quien, como le dijo su maestra, «estuvo en el Moncada, vino en el Granma y peleó junto al Guerrillero Heroico».
Precisamente desde suelo villaclareño (Remedios), Lázara Sánchez no tuvo «más hermoso remedio» que viajar hasta Sancti Spíritus, para que su Lazarito Borges hiciera arder el bombo en alegre conga, y pudiera disfrutar el emotivo final del desfile, que envolvió a adultos y a chicos.
Si no le hubiera sucedido igual, años atrás, a Miguel Adrián Rodríguez Pérez, estudiante de tercer año de la Licenciatura en Comunicación Social, no lo habrían visto plantado como un roble desde las 5:00 a.m. en el Prado cienfueguero, con una bandera en la diestra y, dentro del pecho, la frase que siempre ha llevado aprendida de Salvador Allende: «Ser joven y ser revolucionario es una condición biológica».
Con no menos motivaciones, se tiró tempranito de la cama y puso suela de zapato proa hacia la plaza Mayor General Ignacio Agramonte, el camagüeyano Manfredo Melián Mora, especialista de Producción en la Empresa de Construcción y Montaje número 1, quien suma más de 40 años sudando la camisa y 20 como Vanguardia Nacional.
Los avileños, por su parte, pusieron a prueba sorpresas de verdadera altura, no solo mediante coloridos globos que la brisa amenazaba con elevar más y más, sino también con un salto de paracaidistas, por Fidel y por Cuba entera.
Mientras, en el Oriente, apenas amanecía cuando la primer teniente Anniela Leyva Alarcón, perteneciente al Órgano de Instrucción Provincial de Las Tunas, llegó a la Plaza de la Revolución Vicente García, acompañada de dos príncipes. «Este es un día hermoso; nosotros que siempre cuidamos al pueblo, hoy desfilamos como lo que somos, parte de él».
También la de ayer fue una jornada única para Emilio Sarmiento Rodríguez, secretario general del Buró Sindical de la unidad empresarial de base Ómnibus Nacionales Holguín, quien fue invitado, por tercera vez en su vida, a presenciar desde la tribuna el desfile tradicional. Desde allí reconoció la labor de los mecánicos, una gran parte de los cuales son innovadores y racionalizadores, y con quienes se cuenta para seguir empujando el país.
Mientras, en Bayamo, la abuela Lidia López, junto a sus dos nietos, expresó que, a pesar de ya estar jubilada, este día es siempre para ella un motivo de celebración y una oportunidad para que sus pequeños disfruten la fiesta del proletariado, «que es también una fiesta de pueblo y de la familia cubana».
Por su parte, la joven santiaguera Aldeidis Nuviola Riera, trabajadora de la Empresa de Proyectos de Arquitectura e Ingeniería (Emproy), aprovechó la noche del 30 de abril para que nada fallara. «A mi niña y a mi abuelita les dejé todo preparado, porque tenía que ser parte de este mensaje que Santiago dio a Cuba y al mundo, y que desbarata lo afirmado desde el exterior, de que en la Revolución no hay unidad».
En tanto, en Guantánamo, Arlén Tamayo pasó frente a la tribuna de la plaza Mariana Grajales agitando una bandera de la estrella solitaria. «¡Por Cuba, juntos creamos!», coreaba a toda garganta la joven enfermera, con la alegría de sus 22 años. «Hoy le dimos una bofetada al que nos ataca, bloquea y nos calumnia. Esta es la respuesta de Cuba. Así será siempre».
(Con información de Granma y el Canal Caribe de la Televisión Cubana)