Habitamos una sociedad tan derechizada, que no será más que una lógica consecuencia que el PPVOX se perfilen como el próximo gobierno nazional.
Lo cierto es que de un tiempo a esta parte la clase dominante ha emanado un discurso muy reaccionario que ha calado con rotundidad. La llamada izquierda, mientras, se ha volcado en el institucionalismo obsesionada por obtener un concejal o dos diputados más que pasaron, directamente, a defender el sistema por ser -eso dicen- «democrático», y a intentar demostrar que las cosas se pueden cambiar desde dentro con un grupo parlamentario potente: «sí se puede», también decían.
A estas horas, la derecha exhibe en el planeta todo la cara B de su moneda, esto es, la extrema derecha (con más que simples ribetes neonazis), ante la certeza de que el abono previo había hecho su trabajo, y la siembra de estos años practicada por sus lacayos, ha comenzado a dar sus frutos. No hay parlamento que no tenga entre sus miembros a individuos siniestros, dispuestos a eliminar derechos y aplicar mano dura contra los trabajadores que el propio sindicalismo cómplice ha desorganizado y arrebatado la capacidad de combate.
Esta realidad no es más que la constatación de lo que se ve en las calles y se oye en centros de trabajo, supermercados, bares o peluquerías: el rechazo al inmigrante, el machismo, la xenofobia, la admiración por los ricos famosos y el odio a lo poco que va quedando de tejido asociativo de clase. La derecha se ha radicalizado y la izquierda se ha alejado, hasta olvidarse, de conceptos que deberían ser la guía de acción: socialismo, revolución, lucha de clases, odio al capitalismo, sabotajes… Al punto de ser abducida por una socialdemocracia experta en vender menosmalismo, voto útil y «casa común», practicando compras de dirigentes y cuadros que acaban viendo en el reformismo la ideología perfecta para sus intereses.
En este contexto, y para que la «paz social» abunde y no estorben utopías, es necesario extender que lo de verdad revolucionario en esta época es pasarse de X a Bluesky, y de Motos a Broncano. Los CEOS y dueños de las empresas del Ibex deben estar brindando.