El jefe de la diplomacia estadunidense, Antony Blinken, llegó el lunes a Corea del Sur, en plena crisis política y el mismo día en el que expira la orden de arresto del presidente suspendido por su intento fallido de imponer la ley marcial.
El departamento de Estado no mencionó en un comunicado la crisis política, pero dijo que Blinken trataría de preservar la cooperación entre Estados Unidos, Corea del Sur y Japón, sede de tropas estadunidenses y que mantiene una relación tensa y a menudo competitiva con Seúl.