Es evidente que Sumar, la formación que encabeza la ministra Yolanda Díaz no atraviesa su mejor momento. En el plano interior la puja con sectores de IU por el tipo de organización que necesitan es ya notoria: el paso adelante de la eurodiputada y persona afín a Díaz, Sara Rigo, para liderar IU y acoplarla al proyecto que tiene el entorno de Yolanda Díaz, ella misma y el PSOE, sobre lo que debe ser Sumar, choca con los que quieren una mayor presencia de IU en el conglomerado y que no renuncian a tener voz propia en las instituciones. La divergencia no es menor y la disputa echa chispas. En ese sentido, IU ha elegido a Manu Pineda como cabeza de lista al Parlamento europeo, pero Sumar propone a Estrella Galán. La guerra por puestos (¿y dineros?) es encarnizada. En las últimas horas, se ha sabido que Más Madrid (Errejón, ministra Mónica García…) tendrá autonomía total, al punto de que Sumar no se organizará como tal en Madrid. Junto a esto la decisión de Comuns de no apoyar los presupuestos del PSC/ERC en Barcelona, para disgusto del yolandismo, que ve al PSOE algo más que su hermano mayor, es otra mala nueva.
Las elecciones autonómicas en Galicia no fueron bien para Sumar, pese al origen gallego de Yolanda Díaz y haber hecho gran parte de su militancia allí. Quedó lejos de obtener un diputado, y las encuestas en el País Vasco también lo ubican fuera del parlamento, al parecer, ese espacio ideológico quedará con apenas dos representantes que serán de Podemos.
Así, que orgánica y electoralmente, las cosas no van bien. La flor de «política distinta» que el Grupo Prisa y la Sexta vendió con Yolanda Díaz, se ha marchitado. La presencia de Sumar en el gobierno junto al PSOE, los hace cómplices de aberraciones como no romper relaciones diplomáticas con Israel pese al genocidio (que Sánchez pida la presencia de dos estados es algo tan políticamente correcto que lo aleja irreversiblemente de cualquier pretensión de aparecer como un gobierno progresista). Esta debería ser una raya roja muy gruesa para estar o no en el ejecutivo. Y vale para el sumarismo y para los partidos que lo conforman o apoyan. Cambiar la aprobación de una ley por no tomar decisiones ante lo que ocurre en Gaza y Cisjordania los retrata. Eso sí, en unas semanas vendrán a pedir el voto progre para el parlamento europeo.