COMO EN EL TITANIC, LA ORQUESTA SIGUE TOCANDO MIENTRAS EL BARCO SE HUNDE.
Los grandes bancos, las multinacionales energéticas, las tecnológicas o los grandes supermercados disparan sus ganancias. Sus accionistas, que son prácticamente los mismos, se frotan las manos y abren sus bolsas para recibir los beneficios. En los barrios obreros parece reinar la calma…
Pero, ¿qué se esconde detrás de los salones y los despachos? ¿qué ocultan cuidadosamente todos los medios de comunicación que pertenecen a esos mismos dueños?
Buena parte de esos beneficios proceden de subvenciones con dinero público, es decir nuestro, vía Fondos de la UE, que financian el invento del capitalismo “verde” y la transición energética, y que van a parar a esos grandes bancos y multinacionales.
Por otro lado, ese aumento de beneficios (un 23% en el caso de los grandes bancos) no indica un incremento de la actividad económica, sino que es el resultado de haber engullido a multitud de pequeños bancos y empresas. Las cajas de ahorro, banca en gran parte pública, han desaparecido y sólo quedan cinco grandes bancos. Desde la pandemia la destrucción de empresas se ha acelerado y las grandes, las únicas que han podido sobrevivir en las condiciones arriba descritas, se han apropiado de la mayor parte del mercado. El Estado español lidera en la UE la quiebra de pequeñas y medianas empresas, que se ha triplicado desde 2020.
Ese es el espejismo que oculta la gigantesca crisis que corroe el sistema.
Los sectores productivos de la UE, la industria, la agricultura y la ganadería, se hunden como consecuencia de medidas adoptadas por los propios gobiernos: sanciones boomerang contra Rusia y China, voladura de los gasoductos procedentes de Rusia y subida de los tipos de interés para “luchar” contra una inflación provocada por el BCE.
La clase obrera asiste pasivamente, hasta ahora, a la destrucción de sus condiciones de vida, soportando un cúmulo de agresiones que para generaciones anteriores es impensable que quedaran sin respuesta: salarios de miseria, horas extras no pagadas, carestía de la vida, vivienda prácticamente inaccesible, juventud sin futuro, incremento de los suicidios y del consumo de ansiolíticos y antidepresivos, etc.
EL CAPITALISMO YA TIENE PREPARADA SU “SOLUCIÓN”: DESTRUCCIÓN Y GUERRA.
Ahora no se trata sólo de robar sus recursos a otros pueblos. Como en las dos anteriores guerras mundiales, ante una crisis central y estructural del capitalismo, se preparan para desencadenar una gran guerra que destruya buena parte de las empresas, y de la población.
Sus medios de comunicación ya lo anuncian abiertamente: descomunal aumento de gastos militares a costa de servicios públicos y de los pocos derechos laborales que quedan – economía de guerra lo llaman – y reintroducción del servicio militar obligatorio para enviar a la juventud obrera (¿quién si no?) a la guerra que preparan.
PROPAGANDA DE GUERRA, MENTIRAS MEDIÁTICAS.
Para intentar convencer a la población, no sólo de que pague su guerra, sino de que ponga a su juventud como carne de cañón, preparan ahora con más fuerza que nunca sus mentiras mediáticas. Todos los argumentos con los que justificaron guerras anteriores: Iraq- armas de destrucción masiva, Libia – Gadafi bombardeaba a su pueblos, Siria – armas químicas, mostraron ser montajes absolutamente falsos. Pero cuando se supo, ya era demasiado tarde. Esos países ya habían sido destruidos.
Ahora quieren hacernos creer el absurdo de que Rusia va a atacar Europa. El objetivo es justificar el aumento descomunal de los gastos militares – con nuestro dinero – que irá a engrosar los mismos bolsillos de grandes banqueros y empresarios, accionistas del complejo militar industrial.
La OTAN, brazo armado del imperialismo, no sólo nos obliga a participar en guerras ajenas a nuestros intereses haciendo de nuestros gobiernos sumisos lacayos, sino que además nos convierte en blanco inevitable de ataques nucleares. Sin olvidar que son los estados de la OTAN los que están sosteniendo la masacre del sionismo sobre el pueblo palestino que lucha unido a su Resistencia.
NO HAY QUE BUSCAR A LOS ENEMIGOS FUERA. LOS TENEMOS AQUÍ.
Una vez más van a agitar el espantajo del patriotismo frente a un enemigo exterior, cuando es la oligarquía europea, incluida la española, la que vendida al imperialismo de EE.UU, está destruyendo nuestros servicios públicos, nuestras pensiones, las pequeñas y medianas empresas, la agricultura y la ganadería, la cultura, e incluso nuestras relaciones humanas.
LA CLASE OBRERA ES LA ÚNICA QUE PUEDE ENFRENTAR EL DESASTRE.
Sólo hace falta abrir los ojos y la mente para comprender que la gran burguesía y los gobiernos a su servicio, todos, nos conducen al mismo abismo que vivieron quienes nos precedieron. Es preciso prepararse y organizarse para enfrentarles con todas las consecuencias.
La clase obrera, que es la que pone en marcha cada día la industria – incluidas las fábricas de armas – , los transportes, las comunicaciones, los servicios públicos, es la que tiene el poder de decidir conscientemente el objetivo del funcionamiento social. Y ese poder, no depende de su número, sino del hecho, ocultado pero indiscutible, de que sólo el trabajo humano da vida a la sociedad.
La frase “Socialismo o Barbarie”, no es un eslogan. Es un llamamiento urgente a la organización y al combate.
NI GUERRA ENTRE PUEBLOS, NI PAZ ENTRE CLASES
CON LA RESISTENCIA PALESTINA FRENTE AL SIONISMO Y AL IMPERIALISMO
GASTOS MILITARES PARA FINES SOCIALES. OTAN NO, BASES FUERA.
1 de mayo 2024