El 17º Juzgado Civil de Santiago condenó al fisco a pagar una millonaria indemnización por concepto de daño moral a Mario Mejías Huircán, quien fue secuestrado y torturado en mayo de 1987, en represalia por su intervención durante la visita del Papa Juan Pablo II a Chile.
La investigación comprobó, además, que Mejías fue detenido por Carabineros en 1989, tres años después de su discurso, permaneciendo privado de libertad por 34 días por orden de la Fiscalía Militar.
Según detalla el fallo del Poder Judicial, la madrugada del 1 de mayo de 1987, Mejías fue sacado desde su hogar, en la población Lo Hermida, para ser golpeado y trasladado en un vehículo hasta un sitio eriazo en la comuna de Conchalí.
Allí fue abandonado, con graves lesiones en su rostro y cuerpo, por lo que quienes lo auxiliaron lo llevaron hasta la Posta Central.
Su hijo Mario Mejías Donoso, la madrugada del 18 de marzo de 1990 fue atropellado cuando volvía a su casa después de una fiesta. La sospecha de una venganza por su discurso siempre ha estado presente. Nunca hubo culpables detenidos.