«Hay un límite al llanto sobre las sepulturas de nuestros muertos, y es el amor infinito a la patria y a la gloria que se jura sobre los cuerpos, y que no teme ni se abata ni se debilita jamás: Porque los cuerpos de los mártires son el altar más hermoso de la honra»
CHE
Hoy 23 de octubre, hace un año caía en combate el camarada Osvaldo Villalba. Miembro de una familia combativa y muy perseguida. A los 7 años empujado por la pobreza se hizo carpintero. A los 16 años sin dudar renunció a su vida para sumarse al ala militar y clandestina del Partido Patria Libre. En el 2001 enfrentó junto con el Partido la feroz contraofensiva de toda la clase dominante, sus fuerzas represivas y propagandistas. Esto devino en el quiebre moral y político de la dirigencia, quienes deciden disolver y liquidar el ala militar de la organización. Osvaldo y un grupo de compañeros rompen con el Partido y van al monte a trabajar por la construcción de un ejército guerrillero, el Ejército del Pueblo Paraguayo.
Su coherencia y audacia le granjeó el odio más rabioso de toda la oligarquía vende patria y cipaya que lleva más de 70 años imponiendo una dictadura con elecciones al empobrecido, oprimido y colonizado Paraguay.
Los enemigos del pueblo, habituados a someter a sangre y fuego las rebeldías populares, lanzó cacerías de exterminios, innumerables estado de sitio, imponiendo la ley marcial contra el sector revolucionario en lucha.
Osvaldo, es de los revolucionarios que ha puesto su fe en el pueblo, en su capacidad de lucha, de construcción e inventiva. La superioridad en armas y recursos del enemigo de clase nunca lo asustó ni acobardó. Su lema es: solo quienes viven de rodilla ven gigante a su enemigo.
Comunista consecuente que abrazó la praxis revolucionaria en condiciones de extrema gravedad. En tiempos de reflujo, de claudicación y emergencia del reformismo. Mientras todos los revolucionarios de palabra habían perdido la fe en la lucha revolucionaria, para quienes nunca es el momento para luchar. Optando por el cretinismo parlamentario, la militancia virtual está lejos de la lucha real. Él se embarcó en el duro y difícil camino de enfrentamientos contra feroces enemigos dirigidos por imperios y profesionales de la muerte.
La sensibilidad humana y rebelde que lo embestía hacía imposible alejarlo del peligro de los combates.
Camarada y entrañable hermano, tu ejemplo de rebelde e inclaudicable revolucionario guía nuestro camino y existencia.
Tu estirpe sublime y tu irrenunciable lucha estará siempre en los territorios en lucha de los oprimidos.
Osvaldo es de los muertos que nunca mueren, quedó sembrado en los territorios de lucha.
¡Hasta siempre camarada!
- Carmen Villalba, prisionera comunista ilegalmente presa por haber cumplido íntegramente la condena impuesta