«Estamos en el territorio de una crisis constitucional extraordinariamente grave», dijo Aznar, que añadió que «la inhibición no tiene hueco» ante un proceso en que «la Constitución y la continuidad histórica de España puede deshacerse». «Yo no estoy dispuesto a callarme, ni a inhibirme, ni a no decir lo que pienso, ni a no asumir los riesgos. No estoy dispuesto a ver sin hacer nada». «los españoles nos tenemos que dar cuenta» y sobre el que «tenemos que actuar».
«Cada uno tiene que pensar qué puede hacer por el país en este momento determinado, y qué está dispuesto a hacer». «Yo estoy convencido de que, para solucionar los problemas, hay que entenderlos bien, hay que afrontarlos, y no hay que perderles la cara. Los que pierden la cara a los problemas son los que se rinden», e hizo un llamado a los españoles «no están dispuestos a rendirse, a humillarse, a dejarse derrotar y a perder su convivencia y su futuro». «Esos españoles actuarán, y estoy dispuesto a hacer lo que a mí me toque para que esto sea así»