La jornada de lucha será un importante capítulo de la pelea de los trabajadores contra el antiobrero de Milei. El DNU y la Ley Ómnibus constituyen una ofensiva en toda la línea contra la clase trabajadora en beneficio del gran capital, los acreedores internacionales, la banca, etc. Además, se dará en un cuadro de agudizamiento de la crisis económica y social, con una inflación en ascenso. (PO)
El gobierno ha enviado la nueva versión de la ley ómnibus, a partir de los acuerdos que logró enlazar con la llamada “oposición dialoguista”. Aunque se suele incluir en ella al PRO, a los radicales y al rejunte de Pichetto-Carrió-López Murphy, el arco es más amplio, pues varios gobernadores pejotistas, “independientes” o provenientes del massismo -como el santacruceño Vidal o el salteño Sáenz- juegan en el campo del gobierno. Milei se ha asegurado un bloque político para sacar adelante al 80% de la ley ómnibus, mientras el el DNU continúa vigente. (Politica Obrera)
A menos de un mes y medio desde que asumió la presidencia Javier Milei, se espera una fuerte movilización en las calles en repudio a las medidas de ataque a los trabajadores y sectores populares. Al asumir, Milei declaró un plan de guerra a la clase trabajadora y al pueblo mediante cientos de medidas agrupadas en un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y una Ley ómnibus, que espera poder aprobar en el congreso. A eso se suma el Protocolo represivo de la ministra de seguridad, Patricia Bullrich. Se trata de un shock de medidas a favor de sectores del gran poder económico y en contra de las grandes mayorías.
El descontento popular con las medidas es grande, lo que obligó a las centrales sindicales a llamar al paro nacional. Sin embargo, la decisión de los sindicatos del transporte -en acuerdo con la CGT- de funcionar con normalidad hasta las 19 horas le pone límites a la medida. Por un lado, debilita el mismo paro, dado que implica que los propios trabajadores y trabajadoras del transporte no puedan parar con toda la fuerza. Al mismo tiempo, esto implica que los sectores informales o sin derechos sindicales tampoco puedan participar del paro por la coacción que ejercen empresas y patronales. Esto, lógicamente, también limita la fuerza de la movilización, y es parte de la estrategia de las burocracias sindicales de abrir vías de negociación con el Gobierno de Milei. (izquierda diario)