La protesta de los jubilados frente al Congreso terminó otra vez con la Policía Federal repartiendo gases y palos. Fue la tercera represión consecutiva: a las fuerzas de seguridad ya se les volvió una costumbre. A pesar del calor agobiante y del caos provocado por los cortes de luz en la ciudad de Buenos Aires, centenares de manifestantes acudieron a la convocatoria que cada miércoles (pagina12)