Una larguísima fila de personas, que se extendía desde la puerta del ministerio de Capital Humano, hasta 30 cuadras, fue la respuesta creativa de los encargados de miles de comedores comunitarios y quienes recurren a su ayuda, cuya situación es cada vez más grave, a los que la ministra de esa dependencia, Sandra Pettovello, se negó a recibir la semana pasada y les dijo amenazante que sólo recibiría a los que tienen hambre, uno por uno
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Se les pidió presentarse con sus documentos
y decir de dónde son
y acudieron ayer en forma masiva ante la puerta cerrada de esa dependencia, donde los esperaban policías, y se les comunicó que la funcionaria no los iba a recibir porque nunca los convocó
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Fue conmovedora esa larga fila de personas desesperadas, mientras el gobierno ultraderechista del presidente Javier Milei anunció la suspensión de fondos y alimentos para miles de comedores comunitarios en todo el país, a los que asisten cada vez mayor cantidad de familias que no pueden comprar alimentos ni medicinas por el aumento cotidiano de los precios de la canasta básica, dejando a millones de argentinos en la indigencia.
La Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), que mantiene varios comedores, estuvo al frente de esta acción creativa con el fin de que se visualizara lo que significa para miles de familias el desabastecimiento del Estado a los comedores populares.
En tanto, la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal, a cuyo frente está el obispo Óscar Ojea, advirtió sobre la gravedad de la situación social y sostuvo que el pan de cada día es un clamor de justicia
, al solicitar al ministerio de Capital Humano continuar con la asistencia y aportación a los espacios comunitarios y colectivos, advirtiendo que en nuestra patria nadie debería pasar hambre, ya que es una tierra bendita de pan
, en momentos en que a cientos de familias se les hace imposible alimentarse bien, lo que están viendo los obispos en sus contactos con la gente sencilla y hemos aprendido que el pan de cada día es un clamor de justicia
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