La nacionalización de empresas ligadas a al energía que se decretó en su día en Argentina. ha vivido un nuevo capítulo años después: el castigo económico de los que manejan la justicia internacional a los gobiernos que osan derivar los recursos propios al Estado. Pinochet, lo sabía bien y en cuanto dio el golpe en Chile, dijo sin vacilar que «se devolverían las minas a sus legítimos dueños: los Estados Unidos» , un resumen perfecto de las privatizaciones y entrega del país a los capitales extranjeros.
En esta ocasión la justicia de EE.UU falla a favor de los fondos buitre (¡qué sorpresa!) en el contencioso con denuncia al estado argentino por nacionalizar. Es, obviamente, un aviso a los que pretendan combatir la usura y la explotación de las multinacionales extranjeras y el gran capital (con fondos buitres incluidos).
En diálogo con Sputnik, el analista Jorge Elbaum dijo que Argentina debería «negarse a pagar» los 16.000 millones de dólares a un fondo buitre, como dictaminó la Justicia de EEUU. Para el experto, el país sudamericano debería apoyarse en los BRICS para salir «de esa lógica neocolonial».
El fallo de la Justicia de EEUU que obliga a Argentina a pagar 16.000 millones de dólares es una forma de «disciplinar al país y al resto del mundo para cuando intenten tomar posesión de sus recursos», dijo a Sputnik el analista y doctor en ciencias económicas Jorge Elbaum.
En efecto, Argentina fue condenada a pagar 16.000 millones de dólares por el Tribunal del Distrito Sur de Nueva York, a cargo de la jueza Loretta Preska, que hizo lugar al reclamo del fondo buitre Burford Capital que busca ser indemnizado por los «daños económicos» causados por la expropiación de la petrolera YPF en 2012.
La Justicia estadounidense desestimó así la propuesta argentina que había planteado pagar 4.900 millones a Burford y al fondo Eton Park. Apenas conocido el fallo, el Gobierno argentino ya aseguró que apelará la decisión.
«Los fondos buitre se dedican, como su alegoría supone, a tratar de sacar el máximo beneficio de países débiles, que no pueden renunciar a la Justicia de otros países», sostuvo Elbaum.
El experto recordó que este tipo de fondos se dedican a adquirir deudas sabiendo que luego podrán someter a países en desarrollo a juicios en juzgados de EEUU en los que obtienen fallos favorables. La clave de este negocio es lograr llevar las causas a territorio estadounidense, algo que aseguran las empresas inversoras al incluir cláusulas para resolver controversias en los contratos de inversión.
«Acá el tema de fondo es por qué la Justicia de EEUU está expidiéndose sobre un tema interno argentino», denunció el analista.
Elbaum recordó que Argentina ya sufrió a los fondos buitre en 2012 cuando el juez estadounidense Thomas Griesa, de la misma jurisdicción que ahora encabeza Preska, falló a favor de los fondos buitre en nombre de acreedores que no aceptaban el canje de deuda propuesto por Argentina.
El analista lamentó que el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019) haya pagado 9.300 millones de dólares a los fondos buitre, a pesar de que el Gobierno anterior, encabezado por Cristina Fernández de Kirchner, había logrado una resolución favorable en Naciones Unidas que reconocía que el acuerdo logrado con la mayoría de los acreedores debía valer para todos.
Para Elbaum, fallos como el dictado por Preska «deberían estar prohibidos» y los gobiernos del mundo tendrían que «negarse a convalidar este modelo», aún a riesgo de recibir algún tipo de sanción. En ese sentido, consideró que los BRICS y su modelo alternativo debería ser una plataforma para evitar este tipo de prácticas.
«Existen en los BRICS y en este nuevo orden global propuestas para salirse de esta lógica brutal y neocolonial que proponen tanto EEUU como su justicia», remarcó el analista.
Elbaum admitió, de todos modos, que este camino «supone gobiernos con mucha voluntad política y mucho coraje que puedan sostenerse en los BRICS y negarse a ser cómplices».