A las elecciones de ayer 22 de octubre concurrían tres candidatos y dos candidatas, a saber:
SERGIO MASSA. Peronista de derechas, ministro de economía, bien relacionado con el FMI. El candidato justicialista (así se llama el partido del peronismo) iba a ser otro, designado por Cristina Kirchner, pero el FMI intervino para que fuera Massa. Se fían de él y sus ganas de pagar una deuda que deja al país en el abismo. Obtuvo el 36% de los votos. A él recurrieron como mal menor electores que quisieron contrarrestar al ultraderchista Milei.
JAVIER MILEI. Un producto hijo directo de la crisis total del capitalismo argentino. Es el recurso «antisistema» que generó el sistema para canalizar el descontento social. Obviamente es de extrema derecha, y su estado mental deja mucho que desear. Sus mentores son los fondos buitres que planean arrasar lo poco público que le queda al país sin pasar por controles financieros, y de paso arrasar con los derechos sociales. Su idea estrella es eliminar el peso por el dólar para ser una colonia con todos los atributos. Lo votó el 30% y le permite ir a una segunda vuelta con Massa.
PATRICIA BULLRICH. La candidata de la derecha empresarial y oligarca. Su juventud ligada a la guerrilla montonera ha sido un handicap que no pudo eliminar con sus años como responsable de la represión del gobierno derechista y corrupto de Macri. El apoyo mediático de la larga lista de empresas de «comunicación» de la derecha golpista: La Nación, Clarín e infinidad de radios y canales, no han podido impedir un tercer puesto con el 23% de los votos que la dejan fuera de la carrera por la presidencia.
JUAN SCHIARETTI. El Gobernador de la provincia de Córdoba, el derechista Juan Schiaretti obtuvo el 7% en todo el país. Su idea es usar los votos obtenidos para presionar con reclamos a los candidatos ganadores.
MUYRIAM BREGMAN fue la candidata de la izquierda trotskista y el resultado fue similar al de otras elecciones (650.000 votos y 2,7% de los votos). Su programa anti ajustes y anti FMI se vio lastrado por la crisis interna que vive la formación por la que acudió a las urnas el FIT-U (Frente izquierda de los Trabajadores. Unidad), conformado por cuatro partidos trotskistas pero con una lucha interna feroz entre dos de ellos, el PTS y el PO.